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Feijóo considera una «mala noticia» la venta del Popular y el fin del Pastor

La Xunta espera «sensibilidad» con los empleados gallegos y recuerda que los ahorradores no perderán su dinero

La compra del Banco Popular por el Santander generará unas 110 duplicidades en Galicia REUTERS

A. PÉREZ-BOUZADA

Se puede decir más alto pero no más claro. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo , definía ayer la compra del Grupo Banco Popular por la entidad presidida por Ana Botín como una «mala noticia» para la Comunidad. «No son buenas noticias ni para los pequeños accionistas, ni para los trabajadores del Banco Popular en España ni del Pastor en Galicia. No creo que haya otra forma de verlo, el resto sería ocultar la realidad», añadió el titular del Gobierno autonómico, quien también recordó que no tiene ninguna competencia en esta operación entre las dos entidades, aunque espera contar con la «sensibilidad» de la firma integradora respecto a los empleos de los profesionales gallegos. La única nueva positiva, aclaró Feijóo, es que «los ahorradores de la entidad no perderán su dinero».

Este movimiento bancario trae consigo una mayor concentración financiera con la consecuente reducción de la competencia en el sector, algo que según explican los expertos, no es bueno para nadie ya que generará el solapamiento de unas 110 sucursales en Galicia. Además, según señaló el titular de la Xunta, entre 25.000 y 30.000 accionistas se verán perjudicados por la operación en este territorio.

La venta del Banco Popular añade a la Comunidad gallega un plus emocional —que se suma al daño que se pueda generar en el empleo— debido al entierro de una entidad financiera con una vinculación histórica con Galicia, el Banco Pastor , y la incertidumbre que se ha creado sobre el futuro de la Fundación Barrié , cuya principal razón de ser es el servicio a esta tierra y sus ciudadanos.

Una obra social rentable

A este respecto, Feijóo sostuvo ayer que el presidente de la Fundación Barrié de la Maza, José María Arias, le ha transmitido que la organización puede contar con unos recursos de unos siete millones de euros anuales durante los próximos 12 años. «Esta fundación, de interés gallego, tiene 120 millones de euros en patrimonio inmobiliario, de los cuales 80 millones le proporcionan una rentabilidad de unos 7 millones de euros anuales», apuntó.

La noticia de la maniobra financiera, que pilló por sorpresa a gran parte de los empleados de la entidad adquirida y del sector, motivó numerosas reacciones políticas en Galicia. Entre las voces más críticas se encuentra la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, quien denunció la existencia de una «trama político financiera» que «provocó la caída» del Banco Popular y por la que se ha visto beneficiado el Banco Santander. La líder del Bloque aseguró, además, que los problemas de la banca persisten y «constatan el fracaso de la reestructuración bancaria. El PP y el PSOE pactaron un modelo de privatización, concentración y centralización del sistema financiero con nefastas consecuencias para Galicia», aseguró. El portavoz parlamentario del PSdeG, Xoaquín Fernández Leiceaga, mostró también su preocupación sobre el riesgo que supone en Galicia la «concentración bancaria» que se da en la Comunidad.

En este sentido, reflejaron también sus temores algunos expertos y economistas gallegos. El director de la Escuela de Finanzas de La Coruña, Venancio Salcines, en su análisis de la situación, asegura que esta excesiva concentración supondrá una pérdida importante de competencia, tras la que los clientes de muchas zonas de Galicia se verán obligados a elegir entre las dos grandes firmas (Abanca y la entidad resultante de la operación), que acaparan casi el 60% de la cuota de mercado , con 546 oficinas de la entidad compuesta por las antiguas cajas gallegas y unos 400 locales que aporta la integración de Banco Santander.

Respecto a los puestos de trabajo, este experto en finanzas, no se muestra demasiado optimista. «Habrá mucha tensión en las dos redes (Popular y Santander) en Galicia. Además, Popular realizó un ajuste recientemente y no cuenta con población envejecida, por lo que el recurso de las prejubilaciones no existe. Los despidos serán de gente joven», opina Salcines .

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