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GALICIA

Diana Quer salió de casa sin el DNI y sin tarjetas de crédito ni dinero en efectivo

Los padres insisten en que no se trata de una fuga, tras una semana sin noticias de su hija

Vídeo: Los padres de Diana suman una semana sin noticias de su hija MIGUEL MUÑIZ

PATRICIA ABET

La noche que Diana Quer desapareció no llevaba encima ni su DNI, ni tarjetas de crédito, ni dinero en efectivo . Según confirmó el padre de la joven madrileña a ABC, el carnet de su hija fue localizado ayer en la casa de veraneo de la familia y «Diana no tenía tarjetas bancarias a su nombre que pudiera utilizar», lo que hace pensar a los investigadores que la marcha no fue voluntaria o que, al menos, Diana no había planeado irse lejos .

Este nuevo indicio refuerza la hipótesis de que algo le ocurrió a la muchacha tras despedirse de sus amigas al filo de las 2.30 de la madrugada, después de disfrutar de las fiestas populares que se celebraban en A Pobra do Caramiñal (La Coruña). En este sentido, los padres insisten en que ese día la joven estaba «especialmente feliz» y rechazan que su falta pueda tener conexión alguna con una disputa familiar que se produjo cuatro días antes del suceso.

Descartada la opción de que alguno de los feriantes que aquel fin de semana montaron en la romería del pueblo esté implicado en el caso, parte de las pesquisas se centran ahora en saber si las denuncias interpuestas por al menos tres chicas que fueron intimidadas aquella noche podrían guardar relación con la desaparición de Diana. Alguna de estas declaraciones habría señalado a personal ajeno a los feriantes que ayudan en el montaje de las atracciones, pero por el momento no se han producido avances importantes que permitan establecer un vínculo claro entre esos episodios de acoso y la extraña desaparición de la joven de 18 años.

¿Qué pasó en el camino a casa?

Con todas las líneas de trabajo sobre la mesa y una semana después de la enigmática marcha, los esfuerzos por localizar a Diana se concentran en los movimientos que se realizaron por carretera aquella madrugada . De forma paralela, los investigadores prosiguen con las tomas de declaración de los círculos que la joven solía frecuentar y con el rastreo del trayecto que separa el último lugar en el que se vio a Diana Quer de la vivienda propiedad del padre, ubicada en una zona boscosa en la aldea de Cabío. La premisa es localizar alguna pertenencia de la madrileña o identificar el escenario de un posible forcejeo, pero por ahora la búsqueda ha sido infructuosa. Ayer, un helicóptero de la Guardia Civil peinó de nuevo esta zona y algunos parajes anexos del concello de A Pobra do Caramiñal sin resultados.

Con investigadores bregados en casos como el de la niña Asunta o la peregrina Denise Thiem participando en la investigación, tampoco se descarta a estas alturas la opción de que Diana se hubiese citado con alguien después de la fiesta y ese plan se hubiese complicado. «No se puede cerrar ninguna puerta», afirman fuentes cercanas al caso, envuelto de un absoluto hermetismo. En los últimos días, además, la Interpol se ha adherido a la investigación , que el pasado viernes se amplió a toda la geografía española.

Sin una pista segura de la que tirar, una de las cuestiones que más preocupa es que el móvil de Diana fue desconectado justo a la hora a la que la joven desapareció y su localización ha resultado imposible. A este respecto, la madre de Diana y las amigas de las que se despidió de camino a casa confirmaron que Diana estaba «casi sin batería» , pero fuentes del Instituto Armado aclaran que un móvil apagado se puede rastrear siempre y cuando no se le haya extraído la batería. Pese a las intensas batidas por tierra y aire tampoco ha aparecido el bolso de la veraneante ni ninguna de sus pertenencias o de las prendas de ropa ( unos pantalones cortos rosas, una sudadera y unas zapatillas con cordones negros ) que vestía esa madrugada.

Un paraje «conflictivo»

La pista de Diana se perdió a apenas un kilómetro de la aldea de Cabío , donde veranea desde hace catorce años . La muchacha conocía bien la zona y no era la primera vez que regresaba sola andando –tal y como su madre confirmó a este medio–, pero los agentes no pasan por alto que el lugar donde se la vio por última vez «es conflicto». Se trata de una zona de naves abandonadas ubicada en las afueras del pueblo y bastante alejada del lugar de la verbena, que Diana tuvo que cruzar obligatoriamente para encarar el camino hacia su casa. En este trayecto no se han hallado ni marcas de forcejeo ni huellas relevantes, pero lo que sucedió en él podría ser clave en la resolución del caso.

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