Hazte premium Hazte premium

José Luis Jiménez - PAZGUATO Y FINO

Delirios lucenses

Los mismos que forzaron la salida de Orozco tumban ahora los presupuestos de Lara Méndez

Desde que Orozco renunció a la Alcaldía de Lugo por exigencia de la izquierda populista, los aires que vienen de la Muralla llegan viciados . No es menos cierto que la atmósfera se respira enrarecida desde que Pilar de Lara se subió hace años a su corcel justiciero blandiendo su espada contra la corrupción que asola el Chicago gallego, pero daba la impresión que el perfil bajo de Lara Méndez estaba acomodándose al puesto, casi sin hacer ruido, sumando días en una alcaldía que le cayó regalada del cielo besteirense. Pero el verdugo populista la estaba esperando .

Porque los mismos que forzaron la salida de Orozco son los que ahora le dan la espalda para aprobar su Presupuesto, esos que le han tumbado su cuestión de confianza , abriendo la incógnita de si cabe una censura que la descabalgue del despacho de alcaldesa. Eso pasa por asociarse con quien no es de fiar, como el tal Portomeñe, que insulta en ruedas de prensa y luego evita reafirmarse cuando un juez le toma declaración. Méndez tiene pocas legitimidades a las que apelar para mantenerse en la Alcaldía , porque ni era la candidata que eligieron los lucenses ni fue la más votada en las municipales. Sus argumentos carecen de la fortaleza de la razón o las urnas.

A los socialistas solo les queda entonar esa vieja letanía del «que viene la derecha», que esgrimía Alfonso Guerra en los noventa . Esa derecha, cabe recordar, a la que le faltó un edil para poder pactar con C's un gobierno del cambio en Lugo. Esa derecha, la de Jaime Castiñeira, que ganó las elecciones de manera incontestable. La letanía, que este jueves ensayaba Gonzalo Caballero, es de un viejuno que aburre. Pero funciona.

Como en Lugo todo es posible, el nacionalista Rubén Arroxo no tuvo reparos en postularse él mismo como candidato a alcalde apoyado por el resto de fuerzas para encabezar una moción de censura y hacerse con el bastón de gobierno. Ojo al dato: al Bloque lo votó el 8,66% de los lucenses y tiene dos concejales. Al PP, más del 31% para obtener nueve ediles. No se pierdan el delirio: el BNG sí aceptaría los votos de la derecha para llegar al poder pero nunca daría los suyos para hacerlo a la inversa . Cuesta tomarse en serio a la formación de Ana Pontón con esta ley del embudo tan particular.

El popular Antonio Ameijide ha puesto la sensatez en este circo de despropósitos : censura sí, pero cuando la encabece el partido que por sí solo puede gobernar la ciudad. Tamaña dosis de sentido común va a desembocar en que populistas y nacionalistas van a anteponer sus prejuicios y su odio a la derecha antes que validar una opción de cambio real para la ciudad. Si no, al tiempo. Y esta realidad, diáfana, la sabía Lara Méndez desde antes de presentar su cuestión de confianza . Porque perfil bajo tendrá, pero ingenua no es. Moraleja: al PSOE le sale gratis gobernar las ciudades.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación