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Un año sin apenas lluvias

La alerta por sequía llega a Galicia aunque no se prevén cortes de agua

Están afectadas toda la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y otras seis cuencas de la de Galicia-Costa Por el momento el suministro para el uso doméstico está garantizado en las cuatro provincias de la Comunidad

Estado del embalse de Belesar, en la provincia de Lugo, hace unos días MIGUEL MUÑIZ

NATALIA SEQUEIRO

Tras encadenar cinco estaciones menos lluviosas de lo habitual, los ríos y embalses de la Comunidad empiezan a situarse en niveles preocupantes. Tanto la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil como la de Galicia Costa dieron ayer un nuevo paso para intentar que el suministro de agua potable siga llegando a los hogares . Ambas decretaron la alerta por sequía, aunque en la segunda será parcial y sólo afectará a seis de sus 19 cuencas. Se tomarán medidas para intentar reducir el consumo y vigilar con más detalle los recursos hídricos, pero de momento no se impondrán cortes al suministro doméstico.

En la cuenca del Miño-Sil, la situación es totalmente anómala tras el «año más seco de la historia desde que hay datos fiables» , según destacó ayer su presidente, Francisco Marín en rueda de prensa en Orense. Si en todo el Estado español, las lluvias fueron un 14% menores a la media histórica, en la cuenca esta cifra llegó al 40%. La ausencia de precipitaciones supone, por ejemplo, que el río Miño lleve ahora un 59% menos de agua de lo habitual por estas fechas. De media, toda la cuenca hidrográfica se encuentra por debajo del 40% de su capacidad.

«El agua de abastecimiento a poblaciones está garantizada y vamos a mantener también los caudales ambientales» , explicó Marín, quien deseó que empiece a llover para no tener que imponer medidas más drásticas en el futuro. En Galicia no habrá tampoco restricciones al regadío, aunque sí en otras zonas como el Bierzo. Entre las medidas que se tomarán tras activar la alerta están la de vigilar a las concesiones para que no se malgaste agua o el instar a los ayuntamientos para que frenen riegos o baldeos de calles .

Marín también realizó un llamamiento a los ciudadanos para que no malgasten el recurso. «No lavemos los coches, no reguemos el jardín, de momento para el aseo diario no hay problemas, pero hay que cerrar el grifo al lavar los dientes o darse duchas de cinco minutos y no de quince», recordó el presidente de la confederación hidrográfica del Miño Sil.

El director de Aguas de Galicia, la entidad autonómica responsable de la cuenca Galicia Costa, se sumó también ayer al llamamiento a la ciudadanía para que no malgaste el recurso. Roberto Rodríguez explicó asimismo que la declaración de alerta no tendrá efectos para la ciudadanía. Las zonas en las que se decreta la alerta serán las de los ríos Verdugo, Lagares y Baíña; ríos de Oia y O Rosal, que vierten a la costa atlántica; río Castro; río Xallas y Cee; río Mero y otros que desembocan en la ría de La Coruña; así como los ríos Mendo y Mandeo y los que desembocan a la ría de Betanzos. Son «las que llevan más meses alejadas de la normalidad» y «presentan un déficit de caudal todas ellas por debajo del 50%», indicó el responsable de Augas de Galicia.

Además de estas seis zonas, Rodríguez avisó de que «hay que prestar especial atención al sistema del río Lérez», que en los dos últimos meses está «en una pendiente de alejamiento de la normalidad». También, la situación de los ríos Tambre y Ulla «no empeora», pero sus afluyentes comienzan a tener complicaciones.

Precipitaciones futuras

La última vez que se decretó la alerta por sequía en Galicia fue en el 2012 y este año la comunidad llevaba ya en prealerta desde mediados de enero. Los presidentes de las demarcaciones se mostraron prudentes sobre las previsiones de lluvias de cara a los próximos meses. García aseveró que no habrá lluvias hasta finales de octubre, pero que se espera que en conjunto el último trimestre del año arroje unas cifras normales de precipitaciones . Marín recordó que las predicciones a más de 15 días no son fiables y que hay pronósticos diferentes según la agencia meteorológica consultada.

De continuar sin lluvias, las medidas tomadas podrían extremarse. El responsable de la Confederación del Miño-Sil explicó que si la capacidad de almacenamiento de agua baja del 40% habría que decretar el nivel de emergencia por sequía . Se empezaría por reducir el caudal ecológico de los ríos que no estén protegidos por la Red Natura o incluso se podría prohibir a las empresas hidroeléctricas que dejasen de producir energía para destinar el agua al uso doméstico.

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