El Valencia debe sacar el orgullo

El ridículo fue rotundo, triste e inaceptable en el partido de ida de Copa del Rey que el Valencia disputó la pasada semana ante el Barcelona en el Camp Nou. Un 7-0 en el marcador , que pudo ser mayor, y un juego escandalosamente depresivo el del equipo de Gary Neville, que se niega a dejar el puesto después de acumular nueve partidos sin ganar en Liga, que el Valencia esté a cuatro puntos del descanso y sin síntomas de saber salir del atolladero. El británico, de hecho, decía este martes en rueda de prensa que «sé la situación en la que estamos. Estoy desesperado por darle la vuelta».

El Valencia recibe al Barcelona este miércoles en el encuentro de vuelta copero. Un trámite en cuanto al resultado . Pero debiera ser una oportunidad para mostrar orgullo. Es obvia la superioridad del conjunto azulgrana, pero lo que no debe repetirse es nada parecido al tremendo trompazo en el estadio barcelonista.

Para afrontar el duelo en Mestalla, dolido y esperando poder expresarse hacia el entrenador inglés y la plantilla, pues la última jornada liguera se disputó en Sevilla ante el Betis, Neville se lleva a siete futbolistas del Valencia Mestalla -Diego Caballo, Ibrahim Diallo, Sergio Ayala, Wilfried Zahibo, Carlos Carbonell 'Tropi', Iban Salvador y Fran Villalba-. Una mezcolanza entre jugadores del primer equipo y los canteranos. Quizás sería momento para que quienes estuvieron en el Camp Nou diesen la cara en conjunto y no buscar el refresco de los futbolistas del filial.

«Tengo una fe ciega en mí mismo y en los jugadores. Lo único que podemos hacer es ganar partidos», dijo Neville respecto a la difícil situación del Valencia. El preparador comentó que «ni siquiera contemplo descender en mis planes. Estoy desesperado por darle la vuelta a esta situación y le vamos a dar la vuelta. Las ocasiones caerán de nuestro lado. El fútbol a veces es cruel, en los últimos tres partidos de Liga merecíamos ganar, no empatar dos y perder uno. Sé que jugando así se le dará la vuelta, tenemos que ganar el sábado y es la presión que me pongo sobre mí mismo».