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Carlos Marzal - HOTEL DEL UNIVERSO

Un pedazo de pan

«El poema se escribió con pan. La suite para violonchelo se compuso con pan»

CARLOS MARZAL

Cualquiera que toque un pedazo de pan, unas migas de pan, un mendrugo de pan, se encuentra en contacto con el pan al completo. El pan todo. Y a través del pan, en presencia de un ingrediente fundamental de lo humano . El pan genera un hechizo que sitúa al hombre en comunión sensitiva con el universo. Si quieres realidad, si persigues historia, si buscas biografía, toca el pan, míralo, huélelo con los ojos cerrados y con los ojos abiertos, cómelo, y, sobre todo, escucha sus enseñanzas.

El pan lo sabe todo de nosotros, porque nos ha concedido la oportunidad de ser, de obrar, de pensar. El pan es tiempo . Es cultura en su sentido más verdadero y profundo: la actividad del hombre para sobrevivir, para escapar a la desgracia, para forjarse un destino. Eso es el pan. Eso nos dice. Si necesitas el descubrimiento del fuego, si deseas la invención de la rueda, si imaginas el teorema que explica las incógnitas de la geometría, te hace falta el pan. El poema se escribió con pan. La suite para violonchelo se compuso con pan. La vista nocturna de la ciudad, desde el otro lado del río, se pintó con pan. El arte intenta darnos de comer: convertirse en la necesidad que nos sostiene , después de que hemos satisfecho la necesidad. O al mismo tiempo que la satisfacemos, en igualdad de condiciones con el pan masticado. El espíritu del cuerpo y el cuerpo del espíritu hallan su síntesis perfecta en el pan nuestro de cada día.

El pan es sagrado siempre y en todo lugar, de ahí que no sólo sea un alimento, el Alimento, sino que constituya, además, el símbolo de todos los alimentos del mundo. Nos ganamos el pan con el sudor de nuestra frente , después de haber cometido el pecado original por haber aspirado a conocer los misterios del árbol de la ciencia. La proverbial hospitalidad de los hogares romanos consistía en ofrecer el pan y la sal al visitante. El pan es sagrado, porque la vida del hombre, la cotidiana, la del presente íntimo, también lo es. El pan nos constituye, o debería, porque todos deberíamos aspirar a ser un pedazo de pan, que es lo mejor que se puede llegar a ser.

En mi casa no sólo se ha besado siempre el pan , sino que no se ha tirado nunca, como se pueden tirar otros alimentos. El pan duro se guarda –con otro beso-, para rallarse, para freírse, para lo que sea, pero no se echa jamás a la basura, porque eso sería como echar a la basura una parte consustancial de nosotros mismos, como echar a la basura la vida y su sacralidad.

Procura pan, si anhelas legar a tus hijos el mundo que otros te dieron en herencia . Pretende pan, si ambicionas soñar con el cielo estrellado que no entiendes, hasta llegar a descifrarlo o a creer que lo has hecho. Intenta pan, para poder recordar siempre lo mejor del hombre.

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