Música
Ara Malikian: una vida en un concierto
El violinista libanés llena el Auditorio Norte de la Marina de Valencia en el primero de sus dos conciertos consecutivos en la ciudad
«La increíble gira del violín» de Ara Malikian aterrizó en Valencia en la primera de sus dos noches consecutivas en la ciudad. Un espectáculo ecléctico y sorprendente a cargo del violinista libanés y una banda numerosa y sincronizada, en el que se mezclaron sonidos clásicos y contemporáneos con momentos íntimos, canciones de repertorio propio y mucha intensidad.
El concierto comenzó con una metáfora de lo que vendría por delante: Jimmy Hendrix precedió a Mozart y a un tema del propio Malikian que, con virtuosismo y coherencia, conseguía que canciones y melodías tan dispares sonasen equilibradas a partir de su violín.
Con el acompañamiento de otro violín, una viola, guitarra, contrabajo y violoncello, el libanés que un día comenzó a tocar con el violín que perteneció a su abuelo armenio tejía un hilo conductor con el que conectar un setlist en el que convivían épocas, estilos y sonidos muy dispares.
Todo ello, mezclado con intervenciones de Malikian al micrófono entre canción y canción. Su infancia, sus estudios en violín en una década de los 80 que pasó practicando al menos ocho horas diarias, poniendo su talento al servicio de un cabaret para obtener unos ingresos mientras estudiaba y exprimiendo hasta la extenuación su primer violín.
Con el histórico Niccolò Paganini como referencia, Ara Malikian presenta a su manera y dos siglos más tarde una nueva forma de entender el violín. Un instrumento que utiliza como medio, y no como fin, para conseguir sonidos alejados de los tópicos. Desde la mítica «La Campanella» de Paganini hasta canciones como «Kashmir» de Led Zeppelin o «Life on Mars», de David Bowie, llenaron un auditorio que volverá a recibir al violinista esta noche.
Como una línea cronológica, Malikian siguió el camino de su vida con el micrófono y su violín como vehículos. Desde su infancia, empapada por la pasión de su padre por los clásicos como Mozart y Bach, pasando por su juventud y estudios, hasta su madurez, repertorio personal y, más recientemente, una paternidad que también ha calado en sus partituras tanto como todo lo vivido anteriormente.
Un espectáculo cargado de técnica y de historia , un viaje a través del tiempo y el espacio de la música con el que el músico libanés y su banda cerraron un espectáculo redondo que ni siquiera la lluvia, que se esperó al final de la última canción para aparecer, quiso estropear.
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