Alicante
Juzgan a un matrimonio acusado de robar y matar al anciano al que cuidaba la mujer
El hombre estranguló a la víctima en una pelea tras descubrir que la pareja había sacado dinero del banco sin su consentimiento
La Audiencia Provincial de Alicante ha juzgado este lunes a un matrimonio acusado de matar y robar al anciano que cuidaba la mujer. En el escrito inicial de conclusiones, el fiscal pide para el acusado una pena de 17 años y medio de prisión por los delitos de homicidio y de apropiación indebida continuada; y para su pareja tres años y medio de cárcel por el delito de apropiación indebida continuada. Para ambos procesados, el ministerio público añade que concurre la circunstancia agravante de abuso de confianza.
Asimismo, el fiscal solicita que los procesados abonen conjunta y solidariamente a los herederos del fallecido en la cantidad de 52.850 euros por las cantidades de las que se apoderaron. El imputado por el delito de homicidio deberá de indemnizar a los dos hijos del fallecido con 50.000 euros a cada uno. Por otra parte, el escrito refleja que se ha archivado la causa para otros tres procesados "al no haber quedado debidamente justificada su participación en los hechos".
La defensa del acusado ha planteado como cuestión previa la impugnación de la declaración ante la Policía del acusado, que hizo como testigo y no como imputado, ya que entiende que podría haberse vulnerado sus derechos al obtener de ella datos de manera subversiva para su posterior detención.
En el juicio, celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia este lunes -- tiene previsto prolongarse hasta el miércoles --, el procesado ha afirmado que declaró ante la Policía como testigo y que los agentes le indicaron que cambiara algunos de los términos que decía porque si no el juez "no lo iba a entender" y ha puesto como ejemplo la frase de "tenía el cuello duro". Por otro lado, ha negado que hubiera obtenido beneficio económico de la víctima.
Por su parte, la mujer ha explicado que trabajaba para la fallecido, que en el momento de los hechos en septiembre de 2015 tenía 57 años, y que tenía acceso a sus cuentas bancarias porque el anciano tenía problemas de salud y no iba al banco porque "tenía kilos y se ahogaba". No obstante, ha destacado que siempre que iba a la entidad a sacar dinero, la víctima llamaba antes para avisar.
Dice que era «un regalo»
Además, ha señalado que los 3.000 euros que sacó de la cuenta de la víctima con posterioridad a su muerte fue porque él se lo había dicho y era "un regalo" . De hecho, ha indicado que el motivo era que no le había regalado nada ni a ella ni a su madre por sus cumpleaños "ni por Reyes". Estos 3.000 euros los repartió con su madre y su hermana a partes iguales.
Los hechos, según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, sucedieron la noche del 4 al 5 de septiembre de 2015 en el domicilio de la víctima en Alicante cuando el anciano y el acusado se pelearon porque la víctima había detectado que el matrimonio había sacado dinero del banco sin su consentimiento. Durante la pelea, el acusado cogió al anciano del cuello y apretó hasta que murió. La mujer había trabajado durante al menos diez años para el fallecido, quien la había autorizado para operar con sus cuentas ya que tenía un problema de movilidad y le costaba ir al banco.
Durante 2014 y 2015, según el fiscal, los acusados sacaron dinero de la cuenta de la víctima en más de 70 ocasiones por importe de más de 50.000 euros. Tras el homicidio, la acusada realizó un nuevo reintegro de 3.000 euros que repartió con su madre y hermana "sin que conste acreditado que éstas tuvieran conocimiento del origen ilícito del dinero".
Testigos
En la vista también han declarado como testigos en esta primera jornada seis agentes de Policía Nacional que habían participado en el caso, que han ratificado los informes.
De este modo, uno de los agentes que acudió al lugar del crimen cuando se produjo el aviso ha relatado que los dos acusados se encontraban en el domicilio de la casa cuando llegaron. También, que el hombre le dijo que se acercaba a veces a estar con la víctima y que esa madrugada había estado en la casa y habían estado bebiendo cervezas.
También ha señalado que la casa estaba "un poco dejada" y que había latas de cerveza y colillas por el salón. En la posterior inspección de la vivienda, dos días después, como han señalado los agentes que procedieron a hacerla, las latas estaban en una bolsa.
Por su parte, el instructor jefe ha declarado que dos días después de localizar al cadáver del hombre, que en un primer momento parecía haber fallecido por causas naturales , recibieron el informe del forense que apuntaba que había sido una muerte violenta y que había signos de estrangulamiento.
Por ello, se les tomó declaración y cuando terminó la del procesado y vio que las maniobras de reanimación que había dicho que le había practicado a la víctima correspondían con lo que el forense establecía que eran heridas 'antemorten' derivadas de un estrangulamiento se procedió a su detención. En todo caso, ha explicado que el oficio para intervenir los teléfonos, las declaraciones y la inspección de la vivienda se produjeron en la misma mañana de una forma casi simultánea.
Asimismo, ha señalado que según los datos recogidos por las posiciones de las antenas telefónicas, el acusado había permanecido en el domicilio de la víctima pasadas las 03.00 horas de la madrugada, hora en la que mantenía que se había ido. A ello, ha añadido que también quedaba demostrado que había realizado "numerosas comunicaciones" con el móvil, como llamadas y mensajes de whatsapp, entre las 03.00 horas y las 10.00 horas, no como el procesado afirmaba.
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