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Caso Taula

Empleados «zombies» de Imelsa admiten ante el juez que cobraban sin acudir a trabajar

El sindicalista de UGT Honorio Estornell declara que fue despedido de la empresa pública «porque molestaba»

Marcos Benavent, en una imagen de archivo EFE

R. B. CRESPO

La primera tanda de investigados por cobrar de Imelsa sin acudir a su puesto de trabajo han declarado este jueves ante el juez que investiga el caso Taula, Víctor Gómez. Una de las comparecencias más destacadas ha sido la de José Estarlich , testaferro del exgerente de la empresa pública, Marcos Benavent, y uno de los empleados arrepentidos que admitió los contratos ficticios.

En sede judicial se ha ratificado en su declaración previa ante el magistrado. Cobró durante varios meses sin ir a trabajar tras el ofrecimiento del autobautizado como «yonki del dinero» y principal confidente de toda la macrocausa de Taula .

En el sumario sobre esta pieza separada, constaban sus afirmaciones como unas de las más sorprendentes de cuantas se incluían. «Se dio cuenta de dónde estaba metido y estaba arrepentido, quiere retomar su vida», reseñaba el acta con la transcripción de la declaración. Según su relato, entró en contacto con Benavent en 2009, cuando la empresa en la que trabajaba, dedicada a la construcción, comenzó a ir mal y quebró. Benavent era el jefe de su mujer, le llamó y se ofreció a ayudarle . De 2010 a 2011 tuvo una nómina como administrador de Berceo Mantenimientos S.L. «de 1.500 euros al mes». Pero antes, «a finales de 2009», estuvo contratado en Imelsa. «unos tres meses antes de entrar de administrador» de Berceo, «mientras se hacía el papeleo». En Imelsa, según su declaración, «no hacía ningún trabajo» .

Pero según fuentes cercanas al caso, no ha sido el único que ha admitido estas prácticas, sino que otra de las imputadas ha asegurado que el exgerente de la empresa pública le hizo el favor del contrato ficticio debido también a su mala situación económica.

Indemnizaciones

Antes de los trabajadores «zombies», ha declarado uno de los imputados clave en la investigación sobre las indemnizaciones hinchadas de Imelsa, Honorio Estornell . Aunque estaba citado para la anterior hornada, la pospuso por un viaje del Imserso. Este jueves finalmente ha acudido acompañado de su hijo, también investigado, Rubén Estornell .

El caso del exdelegado de UGT y exalcalde de Llutxent por Izquierda Unida es el más llamativo. Fue despedido en 2008, año en el que solo estuvo dado de alta el 1 de enero. Por ese único día, festivo, percibió una retribución de 37.607 euros, según el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil -que recoge datos de Hacienda- que consta en el sumario del caso, y además otros 72.251 euros de liquidación por el despido (más de 100.000 en total).

Estornell ha negado ante el juez, sin embargo, que cobrase esta cantidad por un día de trabajo y ha asegurado que se debía a un error porque su expediente estaba extraviado, un extremo sobre el que se mostró sorprendido.

Ha indicado, al igual que el resto de trabajadores que recibieron altos finiquitos, que esas cantidades eran legales y que «toda» su vida ha fichado cuando acudía a su puesto. «Me echaron porque molestaba» , ha llegado a señalar.

Durante este viernes seguirán las comparecencias de exempleados «zombies».

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