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Juan Zumalde - VERLAS VENIR

Banderas y banderines

«La responsabilidad que no pesa, en realidad, no lo es»

Imagen de la procesión cívica del pasado domingo EFE

Cada vez más instalados en la comodidad, la última es pedir que las grandes responsabilidades se puedan llevar de manera liviana. Menudo contrasentido. La responsabilidad que no pesa, en realidad, no lo es.

El episodio de esta semana es el debate abierto sobre el peso de la bandera, pero no de cualquier bandera, no. Lo que proponen es aligerar el peso de la Real Senyera que cada 9 de octubre sale del ayuntamiento de Valencia para recorrer las calles de la ciudad.

Portarla, por lo visto, es un honor. Pero ahora la concejala de turno dice que pesa mucho y propone un cambio de mástil para aligerarla.

¿Aligerar qué, el peso, la responsabilidad, el honor de representar?

La diferencia entre una bandera y un banderín es pequeña e inmensa. Pequeña, al final es la diferencia entre un palo y un trozo de tela y una varilla y un pedazo de plástico. Pero su aspecto es idéntico. E inmensa ya que portar la Real Senyera es representar a todos los valencianos en un día señalado como el 9 de octubre, mientras que un banderín se agita en cualquier campo de futbol para animar a cualquier equipo de tercera división.

Me parece que, lamentablemente, la Real Senyera pesa poco. Por eso a veces se juega y se hace política con ella. Yo creo que si hubiera que hacer una modificación en su peso debería ser al alza. Y conseguir que en lugar de 20, pese 100 kilos. Y ser imaginativos en la solución para su transporte, que seguramente pasaría porque la portasen dos, tres o cuatro personas que incluso podrían ser no concejales del ayuntamiento.

Ese día lograríamos dos cosas. La primera, sustituir los protagonismos personales por una auténtica representación de la sociedad civil. Y, gracias a ello, también conseguiríamos dar un primer paso para que el “tots a una veu” fuera algo más que un eslogan publicitario más propio de un banderín que de una bandera en una sociedad en la que casi hay más voces que personas.

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