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Guillem Bertomeu - LLETRAFERIT

Arrogancia y política

«Esa altivez superficial es el primer paso de una futura decadencia»

Imagen del hemiciclo de las Cortes Valencianas ABC

La semana pasada ya hablamos sobre la mediocridad y esta semana me gustaría hablar sobre la arrogancia en política. Dos buenas formas de describir, desgraciadamente, lo que viene generando en desafección, pasotismo o el meter a todos, los políticos me refiero, en el mismo saco.

Lo que los políticos, no los locales, si no los cargos autonómicos o lo peor de todo, los de los segundos y terceros escalones, que ni siquiera se han batido el cobre en una campaña electoral es donde más se desprende esa “arrogancia premeditada”, donde se evidencia más en los detalles que en las propias proclamas. El desdén, la autocomplacencia, cuando se niega la creatividad, o el cambiar la forma de hacer las cosas, “porque siempre se ha hecho de tal o cual manera”.

El no contestar los mails o los mensajes “del vulgar o del pueblo llano” , es aquel que no tiene ningún carguito de gobierno o de partido. La falta total de interés por las cosas que no están dentro de “su mundo político corporativo”, usease.. los que se reparten el bacalao. Ese especimen de político que ha llegado tan alto, que ya ha perdido lo que es la humildad por un lado, y lo que es el aprender para mejorar por otro.

Imagen del hemiciclo de las Cortes Valencianas ABC

“La arrogancia del poder” va intrínseca a aquel que comete la insensatez del desprecio. Corren malos tiempos para la arrogancia, la desafección va en aumento, y no sólo de “superávit” y cuadrar las cuentas se ganan elecciones. Hay infinidad de políticos que gestionaron “de lujo” su Ayuntamiento en tiempos de crisis, se apretaron el cinturón, acabaron con deudas millonarias y el “cliente”, quiero decir el votante, lo envió a su casa con un lacito porque tal ahorro no le solucionó sus problemas diarios.

Otro problema del político arrogante es que las mieles del éxito no le hacen ver ni sus fracasos. Esa altivez superficial es el primer paso de una futura decadencia.

Esta pequeña radiografía, que va de la mano con la educación de cada uno, es implícita a cualquier partido de la actualidad y por desgracia a muchos cargos actuales que pierden la perspectiva al ocupar un cargo público y gestionar unos presupuestos exagerados, que evidentemente no salen de su bolsillo. Esta humilde columna no quiere hablar de nadie en concreto, pero seguro, querido lector, que todos conocemos a más de uno. Al final, el tiempo siempre pone a cada uno en su sitio, en eso estamos seguro.

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