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Espai Tactel

«Desde que se supo que entrábamos en ARCO notamos un cambio de actitud enorme de los coleccionistas»

La joven galería valenciana se estrena en la feria madrileña, que abrió sus puertas hoy en Ifema

Imagen de Ismael Chappaz y Juanma Menero en su galería de arte Espai Tactel ROBER SOLSONA

MARTA MOREIRA

Ismael Chappaz y Juanma Menero no saben lo que es vender arte en tiempos de bonanza. Cuando abrieron Espai Tactel en el barrio de Ruzafa hace casi seis años, los fuegos artificiales de la burbuja inmobiliaria habían cesado. Les tocó atravesar el erial de la crisis, y sobrevivieron. Ahora les toca bregar con otro tipo de vicisitudes. «La post-crisis se ha caracterizado por una escrupulosidad extrema, que roza la ridiculez, sobre todo por parte de las instituciones», nos cuenta esta pareja de galeristas y artistas gráficos, que han hecho suya la máxima de que lo que no te mata te hace más fuerte.

El trabajo tenaz y constante y su capacidad para generar una línea acorde con las corrientes artísticas que se imponen en los circuitos comerciales más contemporáneos han permitido a Espai Tactel salvar los obstáculos inherentes a su situación geográfica periférica. Los discursos con subtexto político y las reflexiones en torno a la identidad de género definen a grandes rasgos la «línea editorial» de la joven galería, que este año debuta en ARCO 2017 dentro de la sección Opening. Saben –intuyen- que la feria madrileña supondrá un antes y un después en su andadura. Llegan a la cita con dos artistas en plena ascensión: Rosana Antolí (Alcoi, 1981) y Fito Conesa (Cartagena, 1980). Ambos han resultado ganadores en la convocatoria Generaciones 2017 que otorga cada año la Fundación Montemadrid, y que está considerada como un fiable termómetro de por donde van los gustos de los ojeadores más avispados del sector. No en vano el jurado que ha seleccionado a

Antolí y Conesa entre 600 participantes está compuesto por el comisario independiente Tolo Cañellas; Laurence Sillars, comisaria jefe en Baltic (UK) y Maribel López, directora comercial y de programas de comisariados de ARCOMadrid.

¿Llegáis a ARCO confiados?

Ismael: Muy esperanzados sabiendo que vamos con dos artistas seleccionados en Generaciones por un jurado formado gente tan relevante dentro del mundo del arte contemporáneo. Pero después de nuestra experiencia durante los tres últimos años acudiendo a ferias, no podemos ir confiados. Muchas veces piensas que una feria va a salir bien, pero luego no es así. El arte también ha salido muy perjudicado por la crisis.

Dicen sin embargo que el número de millonarios sí ha crecido.

I: Sí, pero ese segmento supone menos del diez por ciento de los coleccionistas. Además, los millonarios tienden a comprar cosas relativamente mainstream. Por ejemplo, a nosotros nos encanta Joseph Beuys, pero es lo más parecido a comprarse un Vuitton, cuando te puedes comprar algo más moderno pero de igual calidad. Es la impresión que sacamos por ejemplo en Maco (México), donde veíamos que los grandes coleccionistas en general arriesgaban poco. Ni siquiera nos funcionó llevar a Carles Congost, que es un artista con catálogo propio en un museo tan prestigioso como el Musac, y que además exponía poco después en el Manifesta de Zurich. Sin embargo vimos otro tipo de compras en un rango de precios parecido o incluso superior, pero supuestamente más seguras.

Imagino que es el precio que hay que pagar por apostar por jóvenes valores.

Juanma: A nosotros lo que nos interesa es trabajar con artistas que están construyéndose una carrera. No nos gusta utilizar el término emergente porque se ha abusado mucho de él y ya parece incluso peyorativo.

I: Apostar por artistas en proceso de crecimiento no es igual de difícil para todos. Las grandes galerías por ejemplo tienen la capacidad de coger a un artista nuevo e inflarle los precios hasta ponerlo a la altura de otros consagrados. Así que todo es relativo.

Habéis conseguido haceros un hueco en un momento en el que precisamente ARCOMadrid aboga por ser muy selectivo.

J: Sí, ARCO defiende que los proyectos que se presenten tienen que estar muy centrados en la investigación dentro del arte. Que haya contenido, que no sea algo meramente superficial.

J: Sí, ARCO defiende que los proyectos que se presenten tienen que estar muy centrados en la investigación dentro del arte. Que haya contenido, que no sea algo meramente superficial.

I: Hemos luchado muchísimo para llegar donde hemos llegado. Nuestro objetivo en España era llegar a ARCO y llevamos años acudiendo a ferias internacionales y conociendo a jóvenes comisarios. Ha sido duro porque la galería es un pozo sin fondo; nosotros tenemos la suerte de tener paralelamente el estudio de diseño gráfico [Tactelgraphics], que con sus ingresos ha mantenido económicamente a la galería en algunos momentos.

En 2007, el año anterior a la deblace de la crisis, en ARCO había presencia de ocho galerías valencianas. De ellas, dos han cerrado sus puertas y solo otras dos (Visor y Luis Adelantado) se mantienen en la feria. Rosa Santos, Aural y vosotros completáis hoy en día la representación de la Comunidad ¿A qué atribuís este vaivén?

I: En 2004 ya empezaron a expulsar a galerías valencianas de ARCO porque sus proyectos no tenían calidad suficiente. Algunas de ellas cerraron sus puertas poco tiempo después porque dependían mucho de la feria para sobrevivir, y lo malo es que muchos de los artistas que llevaban no han vuelto a levantar cabeza. Eso no le pasó por ejemplo a Valle Ortí, que trabajaron lo que no está escrito. La prueba de que hizo las cosas bien es que cuando Nacho Valle cerró la galería para irse de director de otra a Nueva York, todos sus artistas encontraron un modo de continuar con otras galerías.

Después de visitar ferias como Art basel, Fiac, Nada, Maco, etc, ¿qué valoración hacéis de la oferta internacional en comparación con la de las últimas ediciones de ARCO?

I: ARCO no solo no desmerece, sino que está al nivel de cualquier feria internacional porque son durísimos en la selección, exigen mucho. Muchas de las galerías que salieron de ARCO difundieron el mensaje de que era demasiado comercial, de que «ya no es lo que era», y creo que eso ha hecho mucho daño.

Entráis en ARCO a través de la sección Opening, reservada a galerías de menos de siete años de andadura. Los «nuevos descubrimientos» del sector ¿Qué aspectos de la programación de Espai Tactel creéis que os han abierto la entrada?

J: La clave está en que tenemos una línea muy personal, que está dentro del espectro de intereses y gustos de los comisarios jóvenes de España, que son los que están más atentos a lo nuevo dentro del arte contemporáneo. Hemos mantenido una dinámica muy estricta de seis exposiciones al año e invitado a comisarios externos. Por otra parte, la prensa nos ha tratado siempre muy bien ha dado mucha difusión a nuestros proyectos.

I: Creo que nos ha beneficiado también utilizar muy bien las redes sociales. Creo que hay muchas galerías que todavía no aprovechan bien estas herramientas, o hacen una comunicación demasiado encriptada.

Cuando habláis de propuestas «verdaderamente modernas» dentro del arte contemporáneo, ¿a qué os referís?

J: Aquello que está en las corrientes internacionales y que gusta a las principales ferias y galerías del mundo.

I: También al hecho de presentar propuestas que están muy cerca de la gente. El arte contemporáneo tiene que estar pegado a la realidad.

Una de vuestras señas de identidad son los proyectos artísticos en torno a la identidad de género y la homosexualidad ¿Existe un lobby rosa en el mundo del arte contemporáneo?

I: No lo hay, es un mito. Hay coleccionistas, galeristas, comisarios y artistas gays interesados por este tipo de discursos, pero no hay lobby. También tenemos compradores heterosexuales a los que les interesan las cuestiones de género.

J: La sexualidad de un artista casi siempre esta implícita en la obra que hace, solo que hay veces que se hace de forma evidente y otras de manera más sutil. Este es un tema delicado, porque a veces nos han criticado desde ciertos sectores por tener a artistas homosexuales en la galería cuya obra no se centra en reivindicar su orientación.

I: Nos gustan los artistas que generan sus propios lenguajes y abordan cualquier tipo de tema de forma personal. A nosotros las cosas evidentes no nos gustan.

¿Qué expectativas de ventas tenéis?

I: Venderlo todo y dar a conocer a nuestros artistas. Estamos un poco hartos de palmaditas en la espalda, que te digan que lo estás haciendo muy bien y luego le compren a otros.

J: También es muy importante para nosotros vender a colecciones relevantes y a grandes instituciones que hagan ganar posicionamiento a nuestros artistas.

¿Cuánto dinero cuesta a una galería joven como Espai Tactel una edición de ARCO?

I: El stand cuesta la mitad que un stand mínimo del Programa General; es decir, 6.000 euros por un espacio de 25 metros cuadrados. Luego hay que sumar otros gastos como luces, alguna mejora en el stand, transporte, seguro, estancia, comida… en total unos 10.000 euros.

¿Se han reactivado las ayudas de la Generalitat para sufragar los gastos de asistencia a ferias?

J: Estamos esperando aún las ayudas de 2016, que prometieron que saldrían ahora. Y las del Ministerio para asistir a la feria de México, en las que fuimos admitidos a trámite, se congelaron. Las subvenciones te cubren como máximo el 50% y solo de algunos gastos, pero la Generalitat y el Gobierno deberían defenderlas, porque al fin y al cabo estamos promocionando el nombre de Valencia y de España.

¿Cuál es el perfil del coleccionista con el que trabajáis habitualmente?

I: Es muy variado; de todas las edades, sexualidades e ideologías políticas. Tanto coleccionistas particulares como fundaciones privadas como la de Hortensia Herrero, Gandía Blasco o Masaveu. Lo que no tenemos es clientes de instituciones públicas. Creo que algunos nos están observando y probablemente habrá acercamientos después de la feria. A muchos coleccionistas les generan desconfianza las galerías que no están en ARCO. Es un equivalente a un sello AENOR.

J: Desde que anunciaron que estaríamos en ARCO hemos notado un cambio de actitud enorme hacia nosotros por parte de los coleccionistas. No hay nada que te de más credibilidad en España.

¿Cómo veis a Espai Tactel dentro de diez años?

De momento queremos mantenernos en una horquilla entre doce y quince artistas como máximo. Ahora tenemos trece. Aparte de eso, después de ARCO van a haber cambios en la nómina de artistas de la galería; queremos hacer nuevas incorporaciones...

¿Esperáis que el IVAM adquiera obra este año en la feria, como se ha hecho en alguna edición?

Deberían, porque es así como se ayuda a las galerías jóvenes, pero creemos que no está previsto que compren nada en ARCO. Hay que decir de todos modos que Miguel Cortés viene a todas nuestras inauguraciones, y que hay varios de nuestros artistas que le gustan, como Joan Morey y Carles Congost.

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