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«Las bodas de Fígaro», celebrando el espíritu del Lliure

El teatro barcelonés celebra su 40 aniversario con la misma obra que dirigió Fabià Puigserver en 1989

El montaje sirve para conmemorar el 40 aniversario del Lliure DAVID RUANO

MARÍA GÜELL

El mítico montaje de «·Las bodas de Fígaro» de 1989 que dirigió Fabià Puigserver ha sido elegido para celebrar los 40 años del Teatre Lliure por unanimidad. Para recuperar el tono festivo del espectáculo y los aplausos que acaparó han nombrado a Lluís Pasqual director de escena. «“Las bodas de Fígaro” es una obra inmensa que no te la acabas nunca», subraya Homar que en su día fue Fígaro y que ahora «soy todos los personajes porque tengo que dirigirlos». Esta pieza de Beaumarchais que puso de pie al público de Madrid es un homenaje al Lliure y al teatro en general. «Esta reposición es una coproducción con la Compañía Nacional de Teatro Clásico y esperamos volver a triunfar en la capital donde iremos del 3 al 23 de febrero», comenta Homar.

Marcel Borrás (Fígaro) y Mar Ulldemolins (Susanna) son la pareja protagonista. «Es una texto que es un juego continuo -explica Ulldemolins-. Lo más difícil es conseguir el tono. Mi personaje es una joven muy alegre que nunca faltaría a la condesa (Mónica López). Es una mujer que sorprende para aquella época porque tiene criterio». Homar puntualiza que «la mujer sale muy bien parada en esta historia.

La escenografía es nueva pero reproduce la que se estrenó en febrero de 1989 y el vestuario también sigue la misma línea. Muchas reminiscencias pero Homar desvela que se ha enfrentado al texto desde cero: «He trabajado como si esta obra no se hubiera hecho nunca».

«He intentado transmitir a los intérpretes el espíritu de compañía de quienes integrábamos el Lliure de 1989», concreta Homar. A lo que apunta Lluís Pasqual que «el Lliure es una manera de hacer las cosas. El Lliure también fue una escuela que mostró una manera nueva de hacer las cosas». La Barcelona de ahora es muy diferente a la de 1976 cuando unos jóvenes renovaron la escena desde una cooperativa del barrio de Gracia, La Lleialtat: «Yo me encargué de “Camí de nit”, que se estrenó el dos de diciembre de hace cuarenta años». Pasqual no puede imaginar cómo será el Lliure de aquí a cuarenta años pero se conforma con que se mantenga fiel a su espíritu, «a esa esencia artesanal y familiar».

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