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El monumento de la discordia

Tortosa celebra el próximo sábado una consulta para decidir si retira una escultura alzada en la época franquista

El imponente monumento, hecho con hierro forjado, mide 45 metros de alto FACEBOOK: TORTOSINS PEL MONUMENT

A. C.

Dicen que es el monumento más fotografiado de Tortosa. Imponente y clavado en medio del río Ebro, fue alzado en 1966 a raíz del 25 aniversario del fin de la Guerra Civil e inaugurado por Francisco Franco y ha vivido desde su privilegiada ubicación el último medio siglo de la ciudad. Ahora ha pasado a ser el centro de la polémica.

La enorme escultura, hecha con hierro forjado y de 45 metros de altura, ha estado siempre vista por algunos sectores como un símbolo del franquismo a derribar, mientras que otros la ven como un homenaje a todas las víctimas de la Guerra Civil, fueran del bando que fueran. A algunos les indigna que todavía siga allí y otros no imaginan su ciudad sin ella.

Ahora, con estas dos ideologías de base y tras dos intentos de consultas fallidas, el próximo sábado se celebra un referéndum popular –impulsado por CDC y ERC– para decidir si el monumento debe ser retirado o debe seguir en el corazón de Tortosa. CDC, que hace años había defendido su conservación, da libertad a sus votantes y ERC, PSCy Movem Tortosa exigen quitarlo. Por otro lado, el PP no quiere que la escultura se toque, mientras que la CUP exige no acudir ni a las urnas: si bien defiende los referéndums, en este caso cree que el monumento debe ser retirado, sin consulta necesaria.

Según lo acordado, unos 34.000 vecinos de Tortosa mayores de 16 años tendrán que votar si quieren «retirarlo y museizarlo» o «mantenerlo, reinterpretarlo y contextualizarlo» . Ambas opciones, eso sí, coinciden en que, se haga lo que se haga con el monumento, éste tiene que «promover la memoria histórica y la paz».

«De repente, animadversión»

A raíz de la consulta, hace muy pcoo tiempo, nació la asociación ciudadana «Tortosins pel Monument», que defiende su conservación. Con un presidente del PP, un vicepresidente de ERC y una secretaria del PACMA , la plataforma se desvincula de idelologías políticas y centra esfuerzos a defender, en base la historia, que la escultura perdure allí donde ha pasado el último medio siglo.

«Es una pieza más de Tortosa, sobre la que ahora se ha creado una enorme animadversión», explica Jordi Albero, el vicepresidente de la entidad, que explica que «ahora que hemos profundizado en la historia de este monumento hemos visto que realmente no es fascista como muchos dicen».

La plataforma argumenta que el humano que está en la parte superior de la estatua no se identifica con ninguna ideología, que no queda claro que sea un soldado, que el monumento no está culminado por una cruz sino por una estrella simbólica y que el águila que aparece en el monumento no es franquista. Además, recuerdan que aunque en un primer momento la estatua tuvo símbolos y placas franquistas, hace años que se retiraron.

«Se está haciendo una bola con este tema irreal, en la ciudad no se respira esta rivalidad», comentan desde la plataforma.Algunas estimaciones calculan que la retirada del monumento costaría unos 600.000 euros, que tendría que pagar el Ayuntamiento. «Con este dinero podrían hacernos una piscina cubierta....» , comentaba recientemente un ciudadano frente al paseo del río.

«Vergüenza monumental»

No todos opinan igual. Otros ciudadanos no ven ninguna duda en el carácter franquista de esta estatua y reclaman que Tortosa deje de vivir con este pasado tan clavado en el corazón de la ciudad. El movimiento «Vergonya monumental» ha nacido, en este caso, para defender la retirada.

La plataforma ve, un «absoluto despropósito y una falta de respeto hacia las personas represaliadas» que haga falta una consulta para retirar un monumento «claramente franquista», una acción que tendría que hacerse, entre otros aspectos, porque la propia Ley de Memoria Histórica lo indica. También recuerdan que nunca ha hecho falta un referéndum para eliminar obras de arte franquistas.

Pase lo que pase el próximo sábado en las urnas, la polémica está servida en un pueblo que intenta no quedar dividido por el monumento. Además, quedará por ver cómo se reinterpreta o museiza este monumento, otra gran pregunta sobre la que en Tortosa existen varias respuestas.

«La culpa es de Barcelona»

Es un argumento habitual de los tortosinos. Ubicados en el sur de Cataluña, sienten que la capital catalana no para de hacerlos injerencias con lo suyo. «Nos atacan por el agua, las infraestructuras, los ‘correbous’... y ahora por nuestro monumento», comentan los vecinos de la zona, hartos de que desde fuera les intentan controlar sus preocupaciones. De hecho, el Parlament catalán instó al Ayuntamiento a «retirar inmediatamente» el monumento.

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