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OPERACIÓN SIJENA

«Las obras no se tocan»

Centenares de personas se concentran ante las puertas del Museo de Lérida por la devolución de los bienes de Sijena

Vídeo: Escenas de mucha tensión entre Mossos y manifestantes durante el desalojo / Foto: Protestas a las puertas del Museo de Lérida Foto: INÉS BAUCELLS / Vídeo: ATLAS

ANNA CABEZA

Más de 200 personas se ha ido concentrando a primera hora de la mañana en los aledaños del Museo de Lérida en protesta por la devolución de los bienes artísticos a Sijena. La sorpresa y la indignación ha sido la tónica de los manifestantes, que bajo una lluvia intermitente han lamentado que los encargados de preparar las 44 obras de la discordia hayan llegado en plena noche al museo. La protesta ha generado momentos de tesión entre los maniftestantes y los Mossos d'Esquadra, que han cargado contra un centenar de personas que ha intentado cruzar el perímetro vallado.

Los manifestantes llevan pancartas con lemas como «Las pagamos. Las restauramos. Las cuidamos. Nos las robáis» o «Las obras no se tocan». Además, los manifestantes están gritando cánticos como «Manos arriba, esto es un atraco» o «A la mierda el 155». La postura del alcalde de Lérida, Àngel Ros, en el conflicto también ha hecho que muchas críticas se dirigieran contra él.

El diputado de ERC en el Congreso, Joan Tardà, ha acompañado durante un rato a los manifestantes. Además, el hecho de que la entrada al museo haya sido en plena madrugada ha indignado a muchos.

Las concentraciones, de hecho, estaban convocadas para las 07.30 horas de la mañana, ya que se preveía que la entrada de los técnicos que tienen que encargarse de traslado de las piezas no sería hasta las 8 horas. Durante la madrugada, una quincena de personas ha estado mirando en silencio, resignados y con pancartas como los técnicos entraban los materiales para embalar y trasladar las piezas. «Teníamos que haber quedado antes», se lamentaban algunos de ellos.

Un fuerte dispositivo policial, coordinado entre Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos d’Esquadra, está custodiando el Museo y sus aledaños para evitar problemas y para garantizar que los técnicos de conservación aragoneses puedan efectuar sus trabajos sin problemas. La zona está totalmente vallada y decenas de furgones policiales vigilan bando y bando de las vallas.

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