Nuevas elecciones

Desde el año 2010 llevamos celebrando elecciones en Catalunya a una media de un poco más de dos años por legislatura.

Cualquier observador de fuera de Catalunya pensaría que ello se debe a la imposibilidad de garantizar una estabilidad política debido a los resultados electorales, pero no es este el caso, el motivo es el mal llamado «procés» independentista, que ha sometido a la sociedad catalana a una inestabilidad política y al acortamiento de los mandatos electorales a la mitad de su duración legal, el motivo ha sido una huida permanente hacia adelante del independentismo que desgraciadamente no saben a dónde quieren ir. Primero fue Ítaca, quien inspiró ese viaje, después fue la creación de un nuevo país, un país idílico, después una farsa sobre la idea de que el mundo nos estaba mirando y esperando. Pues bien, en el año 2018 lo único cierto que hoy podemos ver es el resultado de un fracaso de ese proyecto que ha llevado a la sociedad catalana a una división como nunca antes había sucedido, la fuga de empresas, el descrédito del Parlament y de nuestras instituciones.

Es posible que a los independentistas no les preocupen los problemas de los ciudadanos, aunque digan que lo hacen por ellos, pero la realidad es que los servicios públicos como la sanidad, la dependencia, la economía etc... se están deteriorando. ¿Hasta cuándo podremos aguantar esta situación? Muchos ciudadanos están hartos de tanta mentira y tanta frustración. Ha llegado el momento de decir la verdad y la verdad es que Ítaca no existe y que el país idílico tampoco.

Ha llegado el momento de abrir un proceso nuevo en el que la racionalidad y el sentido común se impongan, para aceptar que no se puede apostar por un proyecto independentista con un 47% de apoyo de los ciudadanos.

Volver al consenso y al acuerdo para buscar un mínimo común denominador que tenga un soporte como mínimo del 80% de apoyo es necesario y urgente para sentar las bases que permitan mirar al futuro con esperanza.