Un Mompou inédito y a ritmo de foxtrot

A Frederic Mompou y Manuel Blancafort siempre se les ha tenido por compositores más menos serios, ilustres maestros del piano (el primero) y de lo sinfónico (el segundo), pero la Universidad Autónoma de Barcelona acaba de descubrir que, en sus momentos de distensión, también se escapaban hacia otras latitudes sonoras para explorar lenguajes como los del foxtrot y el ragtime.

Así se desprende de una investigación llevada a cabo por el Departamento de Arte y Musicología de la UAB que ha permitido descubrir obras inéditas (y bailables, como subrayan los investigadores) que los dos compositores firmaron a medias bajo el pseudónimo de Hobby.

«Son piezas de una gran calidad, muy bien escritas, que nada tienen que envidiar a las de otros compositores de estos estilos. Mompou era capaz de hacer bramar al piano», ha destacado el profesor Jordi Roquer, responsable de un hallazgo al que hay que sumar también la localización de la primera grabación de los «Preludios I y II» de Mompou, a manos del propio compositor, y de dos obras desconocidas de Manuel Blancafort: «Humoresque» y «Deuxième Humoresque». Las dos composiciones de Blancafort fueron escritas antes de 1914, mientras que la grabación de Mompou se hizo antes de 1929, con lo que se convierte en la primera conservada del músico.

Todas las piezas han salido a la luz gracias a un proyecto de la UAB y el Centre de Visió per Computador centrado en la digitalización de rollos de pianola y que llevó a Roquer a seguir la pista de un intercambio de correspondencia entre Mompou y Blancafort que daba cuenta de esta colaboración. «Seguramente los dos compositores crearon estas obras bajo pseudónimo con finalidades económicas, pero esto no quiere decir que sean obras menores. No hay que confundir género con calidad. Algunas de estas piezas tienen una complejidad estructural y un diseño que desde el punto de vista del lenguaje del jazz no tiene nada de menor», destaca Roquer en un comunicado remitido por la universidad.

El proceso también ha servido para poner a punto el Pianola Roll Digitizer, el primer digitalizador de rollos de pianola creado en España y un invento pionero en la colaboración entre ingenieros y musicólogos.