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Josep Lluís Trapero, la mano más firme de la policía catalana

El «major» de los Mossos se ha convertido en el rostro informativo de los atentados de Barcelona y Cambrils

Trapero, durante una de sus comparecencias tras los atentados EFE

A. CABEZA

Más allá de ese célebre «Bueno pues molt bé, pues adiós» que hizo fortuna en las redes sociales y con las que el «major» de los Mossos d'Esquadra intentó relativizar la protesta de un periodista holandés que pedía que se hablase en castellano cuando se respondía a una pregunta que se había formulado en catalán, Josep Lluís Trapero (Santa Coloma de Gramanet, 1965) se ha convertido en el rostro informativo de los atentados de Barcelona y Cambrils.

Sereno y pausado en sus comparacencias, él fue el encargado de detallar los avances de la investigación después de la tragedia y la voz oficial que canalizaba cualquier información. Un nuevo galón para el que ya era, de facto, el mosso por excelencia: a sus 51 años, Trapero consiguió que se recuperase la figura del major, que llevaba diez años en desuso, para convertirse en la figura más poderosa de la policía catalana.

Nacido en 1965 en Santa Coloma de Gramenet e hijo de un taxista vallisoletano, Trapero ha llegado a lo más alto desde abajo, encadenando sus estudios de Biología con trabajos como administrativo y, una vez dentro del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, patrullando por lugares como Vielha, Blanes y Figueres. Pisó la calle por primera vez como agente en 1993, momento en el que empezó a interesarse cada vez por la investigación criminal.

Een 2006 se licenció en Derecho en la Universidad Abierta de Cataluña y entre sus estudios figuran un posgrado en dirección y gestión de Seguridad Pública así como diferentes cursos sobre criminalidad informática, blanqueo de capitales y y financiación del terrorismo. En 2012 pasó por la academia del FBI para participar en el curso «Latin American Law Enforcement Executive Development Seminar».

Antes de alcanzar el rango de «major», Trapero ejercía desde 2012. como jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal. Ya entonces, eran pocos quienes se atrevían a llevarle la contraria. De carácter testaduro y muy trabajador, uno de sus grandes logros ha sido unir y reanimar a un cuerpo un tanto castigado por las polémicas.

A pesar de haber sido visto en alguna fiesta privada con Carles Puigdemont y que algunos sindicatos le reprocharon por ello su posible falta de neutralidad, lo cierto es que hasta ahora ha destacado dentro del cuerpo por su independencia política.

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