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Alberto Fernández - TRIBUNA ABIERTA

Las farsas de Colau

La alcaldesa ha montado una obra de teatro, sabiendo que debería asumir una cuestión de confianza para poder aprobar las cuentas municipales

Ayer la alcaldesa Ada Colau se quedaba sola junto con su socio de gobierno el PSC en el enésimo intento de aprobación de los presupuestos de próximo año 2017. Unas cuentas que no favorecerán a Barcelona, ya que establecen una fiscalidad a niveles máximos y una baja inversión que no mejora la calidad de vida de barrios y vecinos. Sin duda, el rechazo a los presupuestos municipales es un capítulo más de las farsas de la alcaldesa Ada Colau. Ayer la oposición en bloque plantó al equipo de gobierno municipal en la Comisión de Economía extraordinario sobre presupuestos. Un hecho que sirve para manifestar a la alcaldesa, que no puede seguir gobernando desde la falta de diálogo y el autoritarismo en contra de la mayoría.

De los presupuestos iniciales del gobierno municipal no se ha tocado ni una coma a pesar que los grupos han presentado sus propuestas en forma de alegaciones. Un hecho que demuestra que la alcaldesa ha montado una obra de teatro durante los dos últimos meses, sabiendo que debería asumir una cuestión de confianza para poder aprobar las cuentas municipales. Deben recordar que Colau accedió al gobierno municipal con la bandera de la regeneración democrática y el diálogo, pero ese mensaje se ha convertido en gobernar Barcelona por decreto, imponiendo sus políticas en contra de la mayoría. La transparencia de la que tanto hace gala el gobierno municipal se traducirá en aprobar unos presupuestos en enero o febrero por la puerta de atrás.

Desde el Partido Popular propusimos centrar los presupuestos en bajar la fiscalidad a los barceloneses, mejorar la atención social a los colectivos más desfavorecidos y priorizar las inversiones que necesitan los barrios, pero Colau ha rechazado todas estas propuestas, ignorando la opinión de una oposición que es mayoritaria.

Tras pasar el mal trago de no tener presupuesto, Colau está más pendiente en apoyar al independentismo que en trabajar por Barcelona. Lo demuestra su participación en el acto de apoyo a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell o que, además, tiene previsto asistir el próximo viernes día 23 a la cumbre independentista convocada por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, reunión que debe determinar el camino a seguir para convocar un referéndum independentista. Colau debe ser consciente que Barcelona es capital de Cataluña y una gran capital de España, y que como alcaldesa no puede ser palmera del independentismo de un gobierno municipal que cuenta con el respaldo del PSC, un partido que parece que está renunciando a defender España también desde el Ayuntamiento de Barcelona.

Se nota que Colau ejerció en el pasado de actriz, un hecho que se comprueba cuando con su política de gesticulación y postureo intenta abrirse camino en la política catalana, llegando a situarse al lado de los independentistas si hace falta. Las farsas de Colau tienen un objetivo claro a largo o corto plazo, desembarcar algún día en la política catalana para optar a ser presidenta de la Generalitat, sólo es cuestión de tiempo.

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