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La ciencia corona el Everest

Científicos españoles acompañan al alpinista Ferran Latorre en su última expedición a la cima del mundo para analizar, por primera vez, cómo el cuerpo se adapta genética y fisiológicamente a la falta de oxígeno

El alpinista Ferran Latorre durante la presentación del proyecto en Barcelona EFE

ESTHER ARMORA

Para el conocido alpinista Ferran Latorre , escalar el Everest será el colofón de su meteórica carrera deportiva. Pasará a formar parte del selecto grupo de escaladores que han coronado catorce montañas de 8.000 metros de altura sin oxígeno. Para la ciencia, esta expedición, que arrancará el próximo domingo y concluirá el 1 de junio, será también un hito, ya que, por primera vez, un equipo de investigadores acompañará a los escaladores para estudiar los cambios que sufre su organismo al adaptarse a la hipoxia (falta de oxígeno). Los resultados permitirán identificar las bases genéticas que determinan las adaptaciones a la altura, así como los mecanismos asociados a la falta de oxígeno, y «abrirán las puertas» a desarrollar nuevas soluciones terapéuticas para enfermedades como el asma o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que sufre cerca del 15 por ciento de la población.

«Científicamente será nuestro primer Everest», ha afirmado el doctor José Manuel Soria , responsable de la Unidad de Genómica y de Enfermedades Complejas del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau de Barcelona, durante la presentación del proyecto, impulsado por la Obra Social La Caixa y liderado por un equipo médico del citado hospital barcelonés.

Impacto genético, fisiológico y biomédico

El proyecto, bautizado como «Sherpa-Everest 2017 Project» y en el que colabora también el Hospital Germans Trias de Badalona (Barcelona), analizará el impacto genético, fisiológico y biomédico de la hipoxia en excursionistas, alpinistas y sherpas nepalíes durante la aproximación y ascensión al techo del mundo.

«Los resultados pueden aportar información muy útil para el mundo del deporte y en los pacientes de enfermedades crónicas respiratorias. Estos pacientes es como si estuvieran permanentemente en un campo base del Everest», ha indicado Soria.

El estudio será también útil para los 140 millones de personas que, por ocio o trabajo, están expuestos a vivir en altura

Los investigadores consideran que el estudio no solo será útil para los alpinistas de élite y los enfermos con dolencias respiratoria crónicas, sino también para toda aquella población que, por cuestiones de ocio o laborales, están expuestos a vivir en altura. «Sabemos que hay cerca de 140 millones de personas que, por ocio o trabajo, están expuestos a la altura», ha precisado el especialista.

El equipo médico analizará las muestras biológicas de quince sherpas, acostumbrados a vivir siempre a estas alturas, quince excursionistas que realizarán la ruta hasta el campo base y quince alpinistas, entre los cuales estará el propio Ferran Latorre.

Cuatro fases

Las muestras se tomarán durante las distintas etapas de la ascensión para ver cómo el cuerpo se aclimata a la altura, y poder identificar los mecanismos genéticos de adaptación a la hipoxia.

En una primera fase, se tomarán muestras a los excursionistas y de los alpinistas en Barcelona y en Katmandú (Nepal); en una segunda etapa se evaluará el proceso de aclimatación y el impacto de la hipoxia moderada en el tramo correspondiente de la ruta hasta el campo base del Everest, situado a 5.368 metros de altura .

En una tercer, los científicos estudiarán a los alpinistas y los sherpas que habrán regresado de la cumbre del Everest con el objetivo de evaluar el efecto ante la ausencia de oxígeno extrema. Por último, se recogerán de nuevo muestras en Katmandú y Barcelona para determinar la recuperación de vuelta al entorno habitual en el que viven los participantes del estudio.

Comparativa con enfermos

Posteriormente, se analizarán las muestras y se realizará una comparativa con 50 pacientes con insuficiencias respiratorias como asma, EPOC y falta de oxígeno crónica, controlados por el Servicio de Neumología del Hospital de Sant Pau. «Les realizaremos analíticas de sangre, en las que observaremos entre otras cosas los marcadores bioquímicos , de coagulación, los parámetros cardíacos,...», ha precisado el facultativo del Sant Pau.

Para Ferran Latorre, la experiencia le supone una doble satisfacción personal. «A nivel profesional es muy importante culminar mi carrera con esta escalada, pero también es la primera vez que practicando mi deporte puedo ayudar a alguien», afirma.

«Por primera vez, mi actividad será útil»

«Me dedico a un deporte cuyo objetivo es un poco inútil. Y eso me produce dudas, pero después te das cuentas de que nuestro deporte sirve para inspirar a la gente. Y la vida significa vivir emociones. Por primera vez, mi actividad servirá para algo útil por la humanidad», añade el alpinista, que ve el Everest como el final de un ciclo.

«No hay una sola razón para escalar el Everest sino muchas, pero básicamente lo hago para cerrar un ciclo de mi vida», concluye el deportista, que ha pasado un año de su vida intentando coronar esa ansiada cima.

En el «Sherpa-Everest 2017 Project» colaboran también la Universitat de Barcelona (UB), la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y el proyecto Summit Sport Data Lab.

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