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Juicio contra el crimen de Carrasco

Triana pidió a una conocida que le alquilara un garaje cerca de la víctima

Le dijo meses antes del crimen que «de algo malo, iba a pasar algo bueno» para ella

Triana, a su llegada al juicio en León POOL

R.A.

La petición la cogió desprevenida. No llegó a entenderla y más tarde le restó importancia , recordándola de nuevo al conocer que Triana Martínez y su madre, Montserrat González, habían sido detenidas en relación al asesinato de Isabel Carrasco. Leticia González contó a sus amigas la noche de aquel 12 de mayo -y relató de nuevo esta pasado jueves en el juicio- que en una ocasión en la que había quedado sola con Triana, meses antes del crimen, ésta le había pedido que compartieran una plaza de garaje en la calle donde residía Isabel Carrasco. Quería que la pusiera sólo a su nombre y, según dijo, «intentaba que yo no dijera al propietario que la compartiríamos». Aseguró que no podía contarle el motivo y que no dijera nada a nadie del tema, pero le pidió que no se «preocupara, que iba a pasar de algo malo a algo bueno para ella».

Extrañada, pensó que « algo que no se puede decir , lógicamente es incorrecto» y se negó, pero Triana insistió. «Incluso sentí que estaba siendo mala persona por no ayudarla. Me dijo que iba a pasar de estar mal a estar bien, que me la iba a pagar», explicó Leticia. Una vez que se produjo el crimen, confesó que lo que se le pasó por la cabeza fue que aquella petición «podría tener alguna relación con la muerte de Isabel Carrasco». En un interrogatorio tenso, en el que el abogado de la defensa de madre e hija incluso llegó a sugerir que a la declarante «le gustaban mucho las cervezas» para tratar de desacreditarla -causando perplejidad entre todos- Leticia negó este punto, sostuvo su declaración y afirmó que eso había ocurrido así y que lo recordaba perfectamente.

De su testimonio y del resto de las amigas que pasaron este pasado jueves por la sala de vistas se pudo advertir que Triana de quien era amiga realmente era de Raquel y de su hermana , mientras que el resto la conocían y quedaban con ella con relativa frecuencia sólo por ellas. Una de ellas, Lorena Pulgar, definió a Triana como «una persona absorbente, insistente, que llamaba mucho y quería quedar siempre», mientras que Beatriz Gago sí que dijo que «la respetaba y la quería como amiga», pese a que en declaraciones anteriores confesó sentirse «engañada» por ella y haber estado «molesta» porque «Triana arruinó la vida a mi hermana».

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