Francisco Pino recordado

El Centro e-LEA Miguel Delibes de la Villa del Libro de Urueña (Valladolid) acoge la mayor exposición que ha tenido lugar hasta la fecha sobre la obra experimental del poeta vallisoletano Francisco Pino. La muestra, comisariada por Carlos Martín Aires, de la Fundación Jorge Guillén, con el apoyo del Centro Francisco Pino de Poesía Experimental, cuenta con el patrocinio de la Diputación Provincial de Valladolid, y permanecerá en la Villa del Libro durante dos años. Bajo el título «Francisco Pino. Visión de los días» , la exposición conmemora los 88 años de poesía experimental del autor vallisoletano, que arrancan en 1928, cuando Pino indaga en las vanguardias literarias europeas con sus Escritos surrealistas.

Quien se acerque a Urueña para adentrarse en el sugerente universo de esta «visión de los días», podrá disfrutar de la obra experimental de Francisco Pino adecuada a un ámbito idóneo para percibir todo el juego de colores y volúmenes que exige una obra tan peculiar. La exposición se ciñe hábilmente a todos los espacios y recovecos del centro, comenzando por un exhaustivo itinerario pedagógico en el que se explican las dos grandes aportaciones de Pino a la pos vanguardia: la «poetura» y el «mundo de los agujeros», así como las diferentes técnicas que empleó en sus creaciones: la pintura, el collage, la estampación, la imprenta, etc.

A lo largo de una docena de salas –cada una de ellas convertida en un ambiente único, en virtud del color y de diferentes percepciones visuales–, se disponen más de 120 cuadros , respaldados por diferentes vinilos, troqueles de gran tamaño y textos explicativos, que ofrecen una completa perspectiva de la obra visual del escritor vallisoletano. Este material está acompañado por unas fascinantes proyecciones, que ponen movimiento y música a algunas de las creaciones más coloristas de Pino. Durante este recorrido, el visitante contemplará además una serie de vitrinas que albergan más de 300 documentos originales –fotografías, manuscritos, primeras ediciones, etc.–, testimonios de la vida creativa de Pino desde los años 20 hasta el final de sus días. También aquí se exponen algunos objetos de gran interés, como sus «piedras martirizadas» –pintadas a mano por el propio autor– o los matasellos originales que creó para su libro Stamp Art.

Esta sucesión de ambientes finaliza con una instalación en la que los Poemas linotípicos se insertan en antiguas máquinas de imprenta que, curiosamente, usó el poeta en alguna de sus tiradas. Pero la exposición no termina sin más, pues sigue ocupando diversos lugares del Centro, como escaleras y pasillos, transfigurándolo en una obra experimental en sí misma. Así, el hall de entrada se convierte en Ventana, oda –uno de los «libros de agujeros»– gracias a un conjunto de paneles y vinilos, o el cubo de la muralla, con sus ventanas abiertas al cielo de Castilla y unas imponentes pancartas de diferentes tonos de azul, se transforma en uno de los espacios más sugestivos de la exposición bajo el lema de «Total azul sobrehumano» .

Por último, hay una sala especial dedicada a las obras infantiles de Francisco Pino. Titulada «Conciertos para niños», muestra los cinco libros para niños que el poeta escribió –que han sido objeto de una reedición conmemorativa en un delicado estuche–, y que van desde la lírica más tradicional hasta el letrismo más radical. Decorada vistosamente con dibujos del propio Francisco Pino, la sala es una alegría para la vista y un cierre espectacular para una exposición tan completa en contenidos como atractiva en su realización.