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Educación

De Finlandia a León: intercambio de experiencias en beneficio de la educación

El Instituto de Educación Secundaria La Pola de Gordón participa en un proyecto cofinanciado por el program Erasmus+ de la UE

Una de las reuniones de Birmingham en la que participaron los docentes de León ABC

ROSA ÁLVAREZ

A finales del pasado año surgió la idea. La directora del IESO La Pola de Gordón (León), Susana Martínez, viajó a Bruselas para participar en un seminario del organismo Scientix, que reúne a los ministerios de Educación de más de una veintena de países. Allí estableció contacto con profesionales de centros de otros países con intereses similares a los suyos y, de sus conversaciones, nació «What makes the difference». Una iniciativa cofinanciada por el programa Erasmus + de la Unión Europea en la que participan cuatro centros educativos y que tiene como objetivo intercambiar experiencias a lo largo de tres años con el fin de mejorar las competencias de los alumnos y, al mismo tiempo, las suyas propias en beneficio de su labor docente. Además del centro leonés forman parte de este proyecto el Laanilan koulu, de Oulun kaupunki (Finlandia); el Lightwoods Primary School, de Oldbury (Reino Unido) y Saemundarskóli, de Reykjavík (Islandia).

La primera reunión del proyecto tuvo lugar en Birmingham (Reino Unido) y, a partir de ahí, ya se han dado los primeros pasos dentro de un completo programa de actuaciones. Del 4 al 11 de este mes viajaron a Finlandia tres docentes del IESO La Pola: la directora y profesora de Inglés, Susana Martínez; la profesora de Physical Education y coordinadora de difusión del proyecto, Lara Blanco, y el profesor de Matemáticas aplicadas y Economía, Marino Garrido. La visita al centro «socio» en el proyecto -ubicado en el norte de Finlandia y número 1 en los informes PISA- sirvió para aprender nuevas metodologías mediante sesiones de entrenamiento en campo y observación. «Estamos muy ilusionados, se han volcado mucho y esperamos sacar el máximo partido a esta experiencia», valora Martínez.

Harán lo propio en Islandia en el mes de septiembre, donde mantendrán una reunión de observación y conocerán una apuesta educativa que les da buen resultado con los alumnos, como es el aprendizaje fuera del aula, en el exterior. La de Reino Unido -en palabras de Martínez- será la última «parada». En este centro lo que potencian es el aprendizaje autónomo y comprobarán de primera mano sus técnicas de trabajo.

Uno de los profesores del instituto La Pola de Gordón exponiendo su proyecto

Para la visita a León -prevista para febrero de 2018, aunque en el mes de mayo de este año se hará otra de trabajo «para preparar el siguiente año»- Martínez ya tiene claro cuáles son los aspectos que el IESO La Pola quiere mostrar a sus «socios». «Tengo una idea ya de lo que quiero enseñarles, ya que es una de las líneas prioritarias de mi centro. Soy muy fan de la cultura, de las expresiones culturales, de la creatividad… Y me parece que están muy pobremente tratadas en Secundaria y en Primaria. Nosotros tenemos unos cuantos proyectos que llevamos a cabo a lo largo del curso en los que invitamos a escritores y músicos de nuestro entorno a que compartan con nosotros experiencias. Esto ayuda a que los chicos se abran y empiecen a ser más expresivos, a que aprendan a ser respetuosos y a que conozcan la tradición y valoren expresiones culturales de otro tipo», subraya.

Un centro pequeño y rural

Por ello, quiere compartirlo con los docentes de Finlandia, Islandia y Reino Unido. «Como habremos hecho nosotros antes, entrarán en nuestras clases y observarán cómo hacemos las cosas», explica la directora, quien no esconde su ilusión por un proyecto que cree que beneficiará en gran medida al IESO La Pola, un «centro pequeñito, con unos 70 alumnos, pero con gente muy entusiasta, con niños muy colaboradores con los que se pueden hacer muchas cosas y que, además, presenta una particularidad, que es que está situado en una zona rural de León y recoge a alumnos de 340 kilómetros cuadrados de distancia. El 75% va a clases en transporte y alguno viene de pueblos que están a 30 kilómetros del centro y en los que igual son los únicos niños que viven en ellos. Por eso, para ellos es una experiencia fabulosa, les proponemos retos y tratamos de evitar que les asuste lo de fuera, y que el día de mañana no tengan ningún problema, por ejemplo, en poder ir a trabajar a otros sitios», asegura.

En agosto de 2019, una vez concluido el programa, las posibilidades quedarán abiertas a un montón de cosas. Podrán seguir colaborando, mantener un proyecto que dé continuidad al trabajo realizado o explorar vías como el intercambio de alumnos a largo o corto plazo, entre otras cosas. Lo que ocurra entonces todavía está por ver, pero la directora afirma que «una vez que abres la puerta tienes que estar disponible y nosotros estamos dispuestos a participar en todo lo que suponga mejorar y un beneficio al centro y a la educación de los alumnos».

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