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Las Edades del Hombre

Las Edades de Cuéllar, capítulo a capítulo

La Villa segoviana se vuelca con la Reina Sofía, «impresionada» con «Reconciliare» tras su inauguración

La Reina Sofía contempla los detalles del Sepulcro de un caballero del linaje de Rojas, una de las obras más antiguas de la exhibición F. BLANCO

H. DÍAZ

La de ayer fue una jornada calurosa en el municipio segoviano de Cuéllar; por los grados alcanzados, más próximos a la estación veraniega que primaveral, pero también por el cálido y entusiasmado recibimiento de los vecinos de la villa del mudéjar a Su Majestad la Reina Doña Sofía, que inauguró en esta localidad una nueva muestra de Las Edades del Hombre, la edición número 22, que reúne cerca de un centenar de obras bajo el título «Reconciliare».

Distribuida en tres templos, San Andrés, el único extramuros; San Martín y San Esteban, la visita regia comenzó en la primera iglesia mencionada, que acoge el preámbulo y primer capítulo, «Heri-Antaño». A sus puertas llegó Doña Sofía a las 12.00 horas de la mañana, tal y como estaba previsto. Vestida con un elegante traje en blanco roto anudado a la cintura, la Reina fue recibida al grito de «¡Viva la Reina!» por cientos de vecinos de la localidad, apostados desde una hora antes frente a las puertas de esta iglesia del siglo XIII. Tras saludar a las autoridades, entre las que se encontraba el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera; la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente; el presidente de la Diputación de Segovia, Francisco Vázquez, y el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, la Monarca entró en el templo, donde pese a que no estaba previsto en la organización -por no retrasar el acto- se detuvo a ver un vídeo explicativo de la muestra. «La Reina es una persona sensible muy sensible al arte y así lo hemos podido comprobar en cada una de sus visitas a las exposiciones de Las Edades», sostenía el secretario general de la Fundación, Gonzalo Jiménez, quien destacaba este momento anecdótico de la cita. A la «estima» de Doña Sofía por este proyecto cultural se refería también el obispo de Segovia, César Franco, en el discurso inaugural. Allí, minutos después de haberse detenido ante la obra de José Luis Alonso Coomonte , «El paraíso perdido» (2013), y junto al «Cristo del Perdón» (Luis Salvador Carmona, 1753), el prelado recordó que esta exposición es «fruto de muchos esfuerzos y generosas colaboraciones». «Apostar por el arte es hacerlo por el perfeccionamiento del hombre y la reconciliación de la Humanidad con el Misterio que la une con Dios». sostuvo, destacando la «urgente necesidad» de la «reconciliación», el lema de esta edición, «en una época lacerada por divisiones, guerras, odios fratricidas y la terrible lacra del terrorismo». En este sentido, señaló que la muestra que se inaugura hoy en Cuéllar «toca el núcleo más potente del cristianismo, que no tiene parangón en ninguna otra religión», y apuntó que el arte como «tarea espiritual» ha servido históricamente para reconciliar pueblos y culturas, y de ahí que se busque su destrucción cuando lo que se pretende es «esclavizar al hombre».

Primer capítulo

Como ocurriera en ediciones precedentes pero si cabe con más intensidad, arte contemporáneo y clásico -fundamentalmente barroco- se entremezclan en todo el discurso expositivo. Así, entre las principales obras de este primer capítulo se encuentra, además de un lienzo de Eduardo Palacios, el tapiz de la catedral de Burgos, «Maldición de Dios a Caín» (s. XVIII) y una colección de óleos sobre lámina de cobre del taller de Frans Francken II procedentes del Museo de Santa Cruz (Toledo).

Cristo del Perdón, de Luis Salvador Carmona (s.XVII) F. HERAS

Se completa esta primera parte con un apartado dedicado a la fotografía donde el colaborador de ABC, Ricardo Muñoz Martín, muestra tres instantáneas bajo el título «Secuencia de vida. Incendio Valle del Tiétar», cuyo objetivo es hablar de los males que aquejan a la sociedad actual.

Segundo y tercer capítulos

Tras ver estos dos primeros capítulos y pasados 40 minutos del mediodía, la Reina se desplazó en autobús a la segunda parada de la muestra, la Iglesia de San Martín, ya intramuros y junto al Castillo. Allí fue recibida con vítores y aplausos de otros cientos de cuellaranos, y caminó hacia el interior del templo al son de la música de un grupo de dulzaineros y tamboriles del Aula de Dulzaina de la Escuela de Municipal de Música de Cuéllar.

Al fondo, el Tríptico del Descendimiento de Ambrosius Benson (s. XVI) procedente de la Catedral de Segovia F. HERAS

Presidido el templo por el Tríptico del Descendimiento de Ambrosius Benson (s. XVI) procedente de la Catedral de Segovia, una de las obras más imponentes de la muestra por su tamaño y belleza, en él se desarrollan los capítulos segundo, «In figura», y tercero, «Hodie-Hoy», en los que se pueden ver trabajos de grandes artistas como la Virgen de la Esperanza de Juan de Juni (s. XVI) procedente de la Iglesia de Santiago de Allariz (Orense); el Cristo contemporáneo de Julio López (s. XXI), o el Cristo de la Agonía de Manuel Pereira (s. XVII) que ha sido trasladado desde la Catedral de Segovia y cuyo expresivo rostro llamó poderosamente la atención de la Reina, que se interesó también por la obra «Crucifixión I», de Luciano Díaz-Castilla, quien explicó «in situ» a la monarca los detalles de esta obra perteneciente a su colección particular.

Cuarto capítulo

Después de permanecer alrededor de media hora en este templo, Doña Sofía se desplazó andando por la inclinada calle Palacio y acompañada de la comitiva a la última parada de «Reconciliare», la Iglesia de San Esteban, también en el casco histórico e importante no sólo por su bien conservada yesería mudéjar y porque en ella concluye la exhibición, sino también porque durante la restauración de las tumbas de su interior se halló una colección de 47 bulas de indulgencia que fue lo que llevó a párrocos y responsables del Ayuntamiento de Cuéllar a proponer la reconciliación como argumento del nuevo proyecto expositivo. Precisamente el buen estado en que se conservan estos documentos, que han sido restaurados en el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Simancas, perteneciente a la Junta de Castilla y León -que apoya económicamente a la muestra con 1,5 millones de euros-, fue otro de los detalles que acaparó el interés de Doña Sofía. «Le ha llamado mucho la atención que después de 500 años hayamos descubierto unas bulas y las hallamos restaurado con tanta calidad», señaló Gonzalo Jiménez. No es la única obra en la que se detuvo la Reina en el capítulo IV, «Semper-Siempre», que incluye un Greco «La Oración en el Huerto» (s. XVI). Antes de concluir la visita en San Esteban, presidida por una imponente fotografía tomada al Papa Francisco durante su visita a Auschwitz, también le robó algunos minutos la contemplación del Sepulcro de un caballero del linaje de Rojas, una de las obras más antiguas de la exhibición (s.XIV) y también de las pocas que no tienen temática religiosa.

«La Oración en el Huerto», de El Greco (s. XVI) F. HERAS

Al terminar, la Reina confesó a los periodistas estar «impresionada» por la belleza y calidad de las obras una edición más. También así admitió sentirse el alcalde de Cuéllar, Jesús García, pero tanto por la propia muestra como por la respuesta de sus vecinos con la visita regia, que tildó de «emocionante»: «Han puesto en nuestras manos una herramienta que debemos saber utilizar para que quien nos visite se sienta a gusto», sostuvo.

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