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Tribunales

Condenado a 22 años de cárcel por matar a su exmujer de 47 puñaladas

La Audiencia de Burgos prohíbe además al encausado acercarse o comunicarse con su hija, la madre y hermanos de la víctima durante los próximos 30 años

Garaje en el que sucedieron los hechos en Burgos R. O.

ABC

La Audiencia Provincial de Burgos ha condenado a un hombre, Ignacio G.G., a veintidós años de prisión por el asesinato de su exmujer, la periodista Y.P., cometido al asestarle 47 puñaladas el 3 de noviembre de 2016, tras esperarla en el garaje de su domicilio.

El acusado, cuya defensa se mostró conforme con los hechos y con la pena de veintidós años de prisión, acudió al entorno del Parque Europa de Burgos, lugar en el que residía Y.P., con la clara intención de acabar con su vida , por lo que decidió esperar en las cercanías entorno y aprovechó la entrada de un coche en el garaje para acceder al interior y esperar a la víctima, según la sentencia facilitada por fuentes del TSJCyL.

Sabedor de los horarios de su exmujer, de la que llevaba divorciado desde mayo de 2014 y con la que tenía una hija, estuvo alrededor de una hora en el interior del aparcamiento subterráneo hasta que, sobre las 23.30 horas, la víctima entró con su coche.

Tras salir del vehículo, Ignacio G.G. la sorprendió en la plaza contigua y, sin que conste ninguna discusión entre ellos ni que cruzaran una sola palabra, asestó 47 cuchilladas con un cuchillo de cocina a la víctima, quien sufrió heridas que le originaron gran sufrimiento y posteriormente la muerte, sin que pudiera más que gritar «ayuda y socorro», informa Efe.

Los gritos alertaron a una vecina que había entrado también con su coche en el garaje justo por delante de Y.P., y se acercó hacia el lugar donde estaba teniendo lugar la agresión, viendo a Ignacio G.G. de pie frente a la víctima, quien seguía pidiendo «socorro», y a la que insultó el autor.

La vecina salió corriendo en busca de ayuda sin que el agresor se inmutara y permaneciendo frente a su víctima hasta «asegurarse de su muerte», y terminó abandonando el edificio por la puerta del portal principal tras hacerse con unas llaves que extrajo del bolso de Y.P., despojándose en el exterior de un jersey y arrojándolo a un contenedor próximo.

Un agente de Policía se encontró con Ignacio G.G. y él mismo confesó los hechos en el momento. «Está muerta, la he matado, he arruinado mi vida, llevamos tres años separados y me estaba amargando la vida y no aguantaba más», dijo el ahora condenado al agente según recoge la sentencia.

Por estos hechos que la Audiencia Provincial de Burgos considera probados, la sentencia establece una pena de 22 años de prisión por asesinato alevoso con ensañamiento , la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de confesión del delito.

Asimismo, prohíbe al ahora condenado a acercarse o comunicarse con su hija, la madre y hermanos de la víctima durante los próximos 30 años, al tiempo que se le impone el pago de indemnizaciones que suman un valor aproximado de 320.000 euros.

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