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PIEDRA NATURAL

Castilla y León, «cantera» de Europa

Con más de 200 variedades, el sector de la roca natural genera 4.200 empleos y supone un volumen de negocio de casi 145 millones al año

De origen cretácico, sin brillo y color blanco muy uniforme, la piedra caliza de Hontoria es el material principal de la Catedral de Burgos R. ORDÓÑEZ

ISABEL JIMENO

A sus pies, ante su vista, sobre su cabeza, bajo sus manos, integradas en el día a día o motivo de admiración de propios y turistas. Son las piedras naturales de Castilla y León. Esas materias primas extraídas durante años, siglos e incluso milenios por los humanos para sus construcciones. Edificios, calzadas y monumentos se integran así en ese paisaje del que bloques y lajas de granito, areniscas, mármol o pizarra fueron extraídas. Un sector que, con la crisis y el pinchazo de la burbuja de la construcción, también entró en declive, pero que aún sigue obteniendo una importante riqueza del suelo y el subsuelo. Mueve ahora unos 144,5 millones de euros al año. Aunque la crisis también ha hecho mella y viven su época de «vacas flacas». Desde 2007, «todo han sido caídas», hasta reducirse ahora a la mitad de lo que había entonces, lamentan, a la vez que miran con recelo a la «competencia desleal» de China, que llega a ofrecer sus piezas de granito un tres o cuatro por ciento más baratas, pero son extraídas «en semiesclavitud» y «sin respeto al medio ambiente». «¡Y encima mandamos divisas fuera!», lamenta Aurelio de Grado, gerente de la Asociación de Productores de Piedra Natural de Castilla y León.

«¡No podemos soportar eso!», clama, a la vez que aboga por que desde la administración pública y el sector privado «conozcan las posibilidades» que hay de producto autóctono y las utilicen en sus obras. «Y son las que mejor resultado dan», apostilla el también director del Centro Tecnológico de la material, echando la vista atrás para contemplar cómo el Acueducto de Segovia lleva estoico 2.000 años a base de granito de la Sierra de Guadarrama, al igual que la Muralla de Ávila o las catedrales, levantadas piedra a piedra con materiales de cada zona. Hace unos días, las Cortes, con el apoyo de todos los partidos, aprobaron una iniciativa por la que instan precisamente a la utilización de la piedra natural de Castilla y León en la obra pública impulsada por la Junta, además de a estudiar con el sector la creación de una marca de calidad para estos productos.

En una comunidad tan extensa y diversa como Castilla y León son muchas y diversas las piedras naturales. Areniscas, calizas, mármoles, pizarras, granitos y gneises salpican con sus colores ocres, rosados, blancos, grises, negros, verdosos o azulados el paisaje natural y urbano de Castilla y León. Más de doscientas variedades activas y reconocibles se contabilizan en la Comunidad. «En roca ornamental, somos la despensa de Europa» con «montones» de yacimientos y variedades, subraya Aurelio de Grado, quien señala que sólo es necesario echar un vistazo a los numerosos palacetes, casas señoriales, iglesias... que salpican los pueblos de Castilla y León y ver que fueron construidos con piedras de las canteras próximas.

El rico patrimonio de Castilla y León deriva directamente de sus recursos geológicos, una muestra a pie de calle de la abundancia, calidad y diversidad de estos materiales. Pero no sólo en el pasado. También en la actualidad, construcciones particulares y grandes edificios se nutren con los materiales más cercanos. Las Cortes de Castilla y León son un ejemplo y un guiño a esa riqueza con un recorrido por las nueve provincias y sus materiales más significativos. Y es que la piedra natural no sólo se usó en el pasado para la construcción. Hoy en día también se utiliza en edificación, pavimentación o decoración de interiores.

Caída a la mitad

Unas 260 empresas se dedican a la extracción y elaboración de la piedra natural en Castilla y León. Su cifra es más o menos similar a la de antes de la crisis, pues muchas son familiares «y aguantan como pueden». En lo que sí ha entrado en barrena la piqueta, al igual que a nivel mundial, es en su actividad, facturación y empleo desde que en 2007 la crisis se adentró en la economía y demolió los cimientos de la construcción. De las 145 explotaciones que había en 2007 con cerca de 2.200 trabajadores, una producción de casi 630.000 toneladas y unas ventas por valor de más de 129 millones de euros (según los datos del Ministerio) se pasó a 101 compañías, poco más de un millar de empleados, 391.000 toneladas de material vendible y una cifra de negocio de 66,45 millones en 2014, casi la mitad del valor alcanzado. A estos números en cantera hay que sumar los del sector transformador. Según la Asociación de Productores, el sector genera unos 4.200 puestos de trabajo directos y unos 2.100 de forma indirecta. Con un 8,5% del total nacional, la cifra de ventas ronda los 144,5 millones de euros al año en un sector liderado por la Comunidad Valenciana, con más de la mitad de la cuota del mercado, seguido por Galicia, con una cuarta parte.

Entre todas las variedades, la pizarra es la que más fuerza tiene, con León al frente y el 37% de la producción nacional. «Una de cada tres placas que se colocan en el mundo es de Ponferrada», destaca Aurelio de Grado. España acapara el 90% de la producción mundial gracias a su «mejor rendimiento» y eficacia en la extracción. En El Bierzo, un vistazo a la arquitectura popular de tonos negros son la muestra de esta riqueza natural. A ella se une la de Bernardos (Segovia), «de alta calidad» y presente en edificaciones tan singulares como El Escorial o los Reales Sitios. Japón, Corea, Australia, Estados Unidos y fundamentalmente Europa son lugares a los que viajan las pizarras de Castilla y León. Nueve de cada diez lajas sacan pasaporte, y eso que uno de los grandes «fallos» para ganar en potencial para las pizarras y el conjunto de rocas ornamentales de la Comunidad es que «no tenemos puerto». El viaje en barco es la forma más barata de transporte. La lejanía del mar «limita y encarece» la exportación. «Mandar un camión de Palacios de la Sierra (Burgos) a Alemania cuesta más el transporte que la piedra», ejemplifica De Grados.

Aún así, buscar mercados fuera ha sido para «muchos» la «tabla de salvación» en tiempos de crisis. Las ventas fuera han crecido, aunque queda mucho camino por recorrer para un sector que representa entre el 15 y 20 por ciento del mercado de la piedra natural en España.

Además de en Pizarra, Castilla y León también es rica en unos granitos «excepcionales» para bordillos, adoquines y losas, algunos de los usos tradicionales que quieren mantener. También en areniscas -con la de Villamayor (Salamanca) como la más conocida-, de las que se exporta el 20%. En calizas, sólo una de cada diez van al extranjero. La «Rosa Sepúlveda» es una «referencia», al igual que la blanca de Campaspero (Valladolid). Sin olvidar el mármol.

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