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Ignacio Miranda - Por mi vereda

Un asceta en Brieva

«A Urdanga le aflora ahora la vena mística en la misma tierra donde nacieron Santa Teresa y San Juan de la Cruz, donde creció Ignacio de Loyola»

Con delgadez extrema de asceta y mirada contrita, se nos ha aparecido Urdangarín entre los berrocales abulenses, tan de repente como ha llegado el calor en el epílogo de la lluviosa primavera. En apenas unas horas, el reo ha pasado de Ginebra a Brieva, de andar en bici por las calles helvéticas a la paramera granítica que mira a Gredos y Guadarrama . Señal de normalidad democrática e incógnita despejada. Todo apuntaba a que este penal discreto y pequeño al lado de la ciudad amurallada resultaba más adecuado para el reo que las macrocárceles de Madrid, tan frecuentadas por otros reclusos ilustres.

Un presidio que por su aspecto externo no lo parece, pues recuerda más a un impersonal centro de convenciones por donde pululan ejecutivos, expertos en marketing y otros jenízaros del mercado, o a una casa de retiro de los jesuitas para la introspección de los ejercicios espirituales. Curiosamente, el capellán de la cárcel pertenece a la Compañía de Jesús . Según explica la periodista Pilar Eyre , éste es un motivo que ha pesado en la elección del centro, construido en 1989, además de su cercanía a Madrid y la existencia de un pequeño módulo para hombres que ocupa en solitario el marido de la infanta Cristina .

Porque parece que Iñaki está verdaderamente arrepentido, reza, pretende expiar sus culpas y encuentra en la religión un refugio para superar el trance. Le pesa el mandamiento cristiano de «no robarás». El anterior inquilino del pabellón, Luis Roldán , tuvo tiempo en su soledad para estudiar Ciencias Políticas. A Urdanga le aflora ahora la vena mística en la misma tierra donde nacieron Santa Teresa y San Juan de la Cruz , donde creció Ignacio de Loyola . Nada es casualidad. Y como colofón, la lectura de las obras de Sánchez Albornoz le vendría al pelo para confirmar que el ser de España no se halla necesariamente unido al latrocinio.

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