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Semana Santa

Los «ángeles» de Aranda de Duero y Peñafiel quitan el luto a la Virgen

Los muncipios burgalés y vallisoletano celebran un año más esta tradicional fiesta en el Domingo de Resurrección

El «ángel» retira el luto a la Virgen en la Plaza del Coso de Peñafiel Ical

ABC

Las localidades de Aranda de Duero (Burgos) y Peñafiel (Valladolid) celebraron su tradicional «Bajada del Ángel» , dos actos centenarios en los que dos niños quitan el luto a la Virgen en el Domingo de Resurrección y anuncian así la llegada de la Pascua.

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La meteorología respetó en ambos casos y la celebración se desarrolló durante una mañana soleada y con una temperatura agradable. En Aranda de Duero, alrededor de dos mil personas se congregaron en las inmediaciones de la iglesia deta María para asistir al vuelo del angel alado. En esta ocasión, la protagonista fue la pequeña de seis años Leire Arrabal García, que sobrevoló con naturalidad y con mucho desparpajo el cielo soleado.

La Bajada del Ángel de Aranda de Duero Ical

La capital arandina acogió un año más esta tradición. Una fiesta declarada de Interés Turístico Regional y que cada año atrae la mirada de curiosos, visitantes y vecinos. Expectantes e ilusionados, los arandinos asistieron pasadas las 11.40 horas de este domingo al momento más importante de su Semana Santa . Con más retraso del habitual, la pequeña se introdujo en el globo de color azul y blanco que por medio de un sistema de poleas se colocó en el medio de la plaza. Apenas un instante después el globo se abrió, y Leire retiró el manto a la Virgen para que después se reencontrara con Cristo Resucitado, informa Ical.

Por su parte, la localidad vallisoletana de Peñafiel también cumplió con su tradición en la Plaza del Coso del municipio ribereño en el que se congregaron cientos de personas para ver bajar a Safira Muñoz, la niña de siete años elegida este año de la Confradía de la Pasión para protagonizar esta fiesta de Interés Turístico Nacional . En poco menos de cinco minutos se produjo el acto, en el que el pequeño «ángel» sale del huevo y patalea como símbolo de la alegría de la resurrección de Cristo, con el que Peñafiel concluye la Semana de la Pasión.

Esta fiesta, declarada Bien de Interés Cultural, se celebra desde finales del siglo XVIII , aunque existen documentos de que se remonta al Medievo. La ceremonia comienza cuando campanas y cohetes anuncian la salida de la procesión de la Iglesia de Santa María. La imagen de la Virgen aparece cubierta con un manto negro y es acompañada por los cofrades, mayordomos y fieles, quienes se dirigen a la Plaza del Coso.

Allí con dos torres unidas con sendas cuerdas, la imagen enlutada de la Virgen se sitúa debajo de ellas, y en ese momento aparece una esfera, en la que al abrirse emerge un ángel, que por un sistema de poleas desciende sobre la cabeza de la Virgen. Un niño vestido con hábito blanco y coronado se convierte en el ángel que va a revelar a María el Misterio de la Resurrección. Mientras desciende suelta dos palomas y cuando llega a la altura de la Virgen le quita su velo de luto y asciende de nuevo a los cielos.

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