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Recogen 900 firmas contra una granja de cerdos de Guadamur

Los vecinos, contrarios a la puesta en marcha de dos balsas de purines, aunque el dueño tiene permiso de la Junta

MANUEL MORENO

El dueño de una granja de cerdos de Guadamur, abierta hace veinte años a 500 metros del casco urbano, ha puesto en su contra a vecinos de este pueblo de 1.800 habitantes censados. La razón es la probable puesta en marcha de dos antiguas balsas de purines inutilizadas que, aunque cuentan con el permiso de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ha provocado la recogida de firmas en contra de la iniciativa.

Cerca de 900 vecinos han apoyado ya la protesta con su rúbrica, según Jonatan López , portavoz del PSOE en el Ayuntamiento. La semana que viene, la recogida de firmas se llevará al cercano municipio de Polán, ya que la granja está entre los dos pueblos. «Los vecinos no quieren las balsas porque los olores nos llegarían», dice López.

La presencia, este sábado, de un topógrafo en las inmediaciones de la explotación, realizando mediciones, alarmó aún más a los paisanos de Guadamur. «Tememos que las obras vayan más deprisa», dice el portavoz municipal socialista. «Creemos que quiere hacer negocio con las balsas para que las granjas de los alrededores lleven sus purines», apunta López, quien acusa al Ayuntamiento de Guadamur de no intentar impedir la puesta en marcha de las polémicas instalaciones.

Su alcaldesa, Sagrario Gutiérrez (PP), afirma que el Consistorio no puede hacer nada en contra del proyecto, ya que el dueño de la granja dispone de la autorización de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha. «Como consistorio, o lo autorizas o incurres en prevaricación», explica la regidora municipal. «Es una situación sobrevenida. No es un plato de gusto, pero yo he visto el expediente y las medidas correctoras que le impone la consejería. Estas son lo suficientemente severas para que puedan garantizar que no haya molestias a los vecinos», aclara Gutiérrez.

Según la alcaldesa, el dueño de la granja lleva desde 2008 gestionando la homologación de estas balsas, inutilizadas porque no cumplían con la normativa. El pasado 21 de septiembre recibió la aprobación de la Consejería de Agricultura, que le ha concedido también una subvención para la adaptación de esos recintos, según la alcaldesa.

No obstante, Gutiérrez piensa que quizá el granjero no llegue a utilizar las balsas. «Probablemente está garantizándose tener un lugar donde aplicar el plan de gestión de residuos, en el caso de que no se reabra la planta de purines de Polán. Eso le comentó al técnico cuando estuvo en el Ayuntamiento», desvela la regidora.

Planta de purines de Polán

La explotación llevó sus purines a la planta de Polán hasta que fue cerrada en 2014. Ahora es probable que esta instalación abra durante el primer trimestre del próximo año, según comentarios que circulan por la zona, y que han llegado a los oídos de la alcaldesa y de Jonatan López.

Gutiérrez deja claro también que si la granja usase las dos balsas de purines y se detectasen molestias para los vecinos, el Ayuntamiento tomaría una medida sancionadora, «que sería respaldada por la consejería si no se cumpliesen las medidas correctoras».

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