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El presunto homicida de la A-5 pasa su primera noche en la cárcel Ocaña I

«No existen simples sospechas, sino sólidos indicios de criminalidad», asegura la jueza de Torrijos que lo ha enviado a prisión

Salustiano Amador Muñoz, este martes a la salida del juzgado de Torrijos, camino de Ocaña I Ana Pérez Herrera
Manuel Moreno

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Salustiano Amador Muñoz (39 años) ha pasado su primera noche en la prisión Ocaña I (Toledo). Allí ingresó este martes, a primera hora de la tarde, después de cuatro horas en el Palacio de Justicia de Torrijos, que estuvo rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad desplegado por la Guardia Civil.

La jueza sustituta del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Torrijos, que tiene la competencia en materia de violencia de género, decretó el ingreso en prisión de Salustiano Amador, comunicada y sin fianza. A él le considera el presunto autor del homicidio de su mujer, Dolores Vargas Silva (41 años), con la que estaba casado por el rito gitano.

No obstante, la jueza no descarta la posibilidad de que concurra un delito de asesinato, como expuso la Fiscalía durante la comparencia de Salustiano Amador. Esta calificación podría quedar sustentada durante la investigación judicial, si se demuestra el ensañamiento en la acción, para lo que el informe de la autopsia al cadáver será determinante.

Por su parte, su defensa solicitó que fuese internado en una unidad de psiquiatría especializada para determinar, a juicio de su letrado, «la alteración psíquica que padece», según se recoge en el auto en el que se acuerda la prisión provisional.

«No son simples sospechas»

A la espera de que termine la investigación, la jueza tampoco descarta la concurrencia de dos delitos de lesiones: uno sobre Mohamed, cuñado de Dolores, y otro sobre Débora, hermana de la víctima. Tanto Mohamed como Débora viajaban en el monovolumen Renault Scenic con el que Salustiano Amador atropelló presuntamente a Dolores y le causó la muerte. Mohamed y Débora se lanzaron del vehículo en marcha antes de que Salustiano arrollase a su mujer al menos dos veces la madrugada del 24 de marzo en la autovía A-5, a la altura del término municipal de Santa Cruz del Retamar (Toledo).

Eduardo Alarcón Ana Pérez Herrera

En su auto, la jueza es contundente cuando afirma que sobre los hechos que se atribuyen a Salustiano Amador «no existen simples sospechas, sino sólidos indicios de criminalidad», proporcionados por la Guardia Civil de Toledo, que ha llevado el peso de la investigación. También da credibilidad a las declaraciones de Débora y Mohamed, quienes ofrecen una «versión plenamente compatible con los elementos obtenidos en las diligencias practicadas».

Considera igualmente que concurre el «riesgo de fuga patente» de Salustiano Amador, quien fue detenido por la Guardia Civil en una vivienda baja del barrio madrileño Puente de Vallecas el 1 de abril , después de estar ocho días huido de la Justicia.

A otro juzgado de Madrid

El prófugo, que no regresó a la prisión de Navalcarnero (Madrid) en enero de 2017 aprovechando un permiso carcelario, tenía también varias requisitorias pendientes de juzgados de Madrid. «Todo ello hace que sólo la medida de prisión garantice su presencia en juicio», asegura la jueza.

El juzgado de Torrijos se ha inhibido en favor del correspondiente de Violencia sobre la Mujer de Madrid, ya que la víctima era vecina de esta comunidad autónoma. Por eso Salustiano Amador no declaró ayer, aunque su abogado, Eduardo Alarcón, aseguró a los periodistas que su cliente no recuerda los hechos y que tampoco fue consciente de lo que hacía, porque había consumido alcohol y drogas. También dijo que la intención de Salustiano Amador era entregarse este lunes, según había acordado con él y con la familia, con la que estuvieron en contacto durante la huida. «Le dijimos a la madre que era conveniente que se entregara», afirmó el letrado. Sin embargo, la Guardia Civil lo arrestó el día antes.

El abogado dijo este martes a los periodistas, en un primer momento, que desconocía si su defendido había estado en Sevilla, como ABC había constatado con la publicación de una fotografía de Salustiano Amador paseando por el barrio de Las Tres Mil Viviendas. En una declaración posterior, el letrado reconoció que su cliente, considerado un «psicópata muy peligroso» por los investigadores de la Guardia Civil, sí permaneció oculto en la capital hispalense.

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