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Los edificios olvidados de Toledo

Varios inmuebles de la ciudad han sido víctimas en los últimos años de la crisis, la desidia o el infortunio

LUNA REVENGA/ ANA PÉREZ HERRERA

VALLE SÁNCHEZ

La reciente noticia de la sentencia judicial que da la razón al Ayuntamiento toledano en el pulso que mantenía desde hace años con la empresa Estacionamientos e Industrias Turísticas (Eitusa), concesionaria de este espacio ha permitido que se vuelva a hablar del edificio de la Alhóndiga , que hasta 2006 albergó el Instituto Nacional de Estadística y los Juzgados, que tuvieron que ser desalojados por la caída de una roca de grandes dimensiones durante las obras de construcción del Palacio de Congresos. El edificio lleva diez años vacío y, ahora, el Gobierno municipal estudia qué uso darle a estas instalaciones que han tenido a lo largo de la historia usos muy dispares, desde el almacén militar francés que fue durante la Guerra de la Independencia, hasta la Estación de Autobuses de la ciudad.

Pero no es el único edificio de la ciudad que lleva lustros cerrado a cal y canto. Esta semana se ha hecho público también la intención de una empresa de abrir una residencia de ancianos en el antiguo colegio Mayol, que hace nueve años se trasladó a unas modernas instalaciones en la urbanización San Bernardo. Parece que el proyecto marcha y la empresa Vitalia Alameda ha presentado una solicitud en el Ayuntamiento de Toledo para la reforma interior de las cinco plantas que albergarán cien habitaciones dobles e individuales. También será centro de día, pero no hay fechas.

Para lo que tampoco hay acuerdo es para la reapertura del Hospitalito del Rey , en el Casco Histórico, un centro de mayores que cerró en 2005 para acometer una obra de varios millones de euros y, tras la reforma, en 2011, continúa cerrado y siendo objeto de debate y de enfrentamiento entre los políticos de la ciudad.

Otro proyecto del que también se ha hablado esta semana es el de la Biblioteca del Miradero , que cerró sus puertas cuando se trasladó al Alcázar hace 18 años. El consejero de Educación y Cultura, Ángel Felpeto, a nunció que el Ministerio y la Junta de Comunidades están trabajando de forma conjunta y coordinada en la reforma para reforma este edificio, en pleno corazón de la ciudad.

Además de edificios vacíos, la ciudad también tiene otros que se quedaron a medias, como el famoso Quixote CREA , en la avenida de General Villalba y Duque de Lerma. Este fue uno de los últimos grandes proyectos faraónicos que planeó el Gobierno presidido por el socialista José María Barreda y que paró María Dolores de Cospedal en 2014 por falta de financiación. En la actualidad, todo sigue igual, aunque el actual presidente de la Junta, Emiliano García-Page, dijo hace un año que su Gobierno iba a retomar el proyecto, pero, por ahora, todo ha quedado en un anuncio más. La Casa de la Juventud también se quedó a medio terminar; las obras comenzaron en 2010 y la falta de financiación, en este caso de la Junta, que tenía que aportar el 80 por ciento de los más de 1.200.000 euros que costaba el edificio, dejó el proyecto a medias.

Otros edificios inaugurarse, aunque tuvieron que cerrar sus puertas por falta de viabilidad económica. Es el caso de Toletvm que, aunque se ha utilizado en las dos últimas ediciones de Farcama y para algún que otro evento, está cerrado desde noviembre de 2011. El Centro de Recepción de Turistas se inauguró, a bombo y platillo en 2007 y costó ocho millones de euros.

Otras instituciones, como la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), también han abandonado sus edificios. En 2010, la CHT desolojó a la Escuela Taller de Toledo de la Casa del Diamantista , en el río Tajo, pero el edificio continúa cerrado. Y también la iglesia de la Magdalena, que cerró en 2002 para su restauración, no ha vuelto abrir sus puertas, pese a que las obras terminaron en 2015. La crisis ha dejado muchos proyectos por el camino en la ciudad de Toledo, algunos ni siquiera empezaron a construirse. Es el caso del solar del antiguo edificio Cimasa de la avenida de General Villalba. El edificio, abandonado durante lustros, se demolió hace casi diez años, en febrero de 2007 para construir viviendas y locales. Y, desde entonces, continúa creciendo la hierbas alrededor.

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