Denuncian seis falsos robos con violencia en Toledo en diez días

Según la Policía Nacional, un denunciante pretendía que el seguro del coche le pagara la llave que había perdido. A otro le rompieron una joya en una pelea

El aumento de denuncias falsas prolifera en Toledo en los últimos años Policía Nacional

23/04/2018
Actualizado a las 19:29h.

¿Sería usted capaz de denunciar un falso robo? ¿Sabe qué pena puede acarrear que le descubran la mentira? En la comisaría de la Policía Nacional en Toledo están acostumbrados a desenmascarar a los embusteros que denuncian delitos que en realidad nunca han ocurrido . Este mes de abril, los agentes especializados en la investigación y tratamiento de estas denuncias han esclarecido seis falsos robos que habían sido tramitados en la comisaría en un intervalo de diez días. Solo desde el 16 al 20 de abril se presentaron cuatro denuncias.

En todos ellos, los denunciantes contaron que habían sido víctimas de una acción violenta en la vía pública, mediante un tirón o una agresión, y el robo de efectos personales. Sin embargo, los agentes encargados de las pesquisas concluyeron que todos los hechos habían sido inventados.

Una mujer denunció con el propósito de que el seguro de su coche le pagara el cambio de la cerradura , después de olvidarse el bolso encima de su vehículo con las llaves de su casa y documentación. En otro caso, un denunciante pretendía que el seguro de su automóvil le cubriera la reposición de la llave del turismo que en realidad había perdido. Y otro ciudadano aseguró que había sido víctima de un robo con violencia cuando lo cierto es que le rompieron una joya en el transcurso de una pelea.

Todos los denunciantes fueron informados en la comisaría de sus derechos como investigados por un delito de simulación de delito. Además, a tres de ellos también se les atribuye un presunto delito de estafa, ya que habían dado parte a sus seguros para conseguir una indemnización.

Si la Policía Nacional lo descubre, puede ser que no salga gratis el hecho de simular ser víctima de una infracción penal, denunciar o acusar a otra persona de ser responsable de un hecho inexistente. Es un delito que está tipificado en el artículo 457 del Código Penal, que castiga con una multa de 6 a 12 meses esas conductas fraudulentas.

Pero no solo es la sanción económica. La actitud irresponsable de esos denunciantes provoca que la Policía Nacional invierta tiempo en esclarecer hechos ficticios, para lo que llegan a pedir mandamientos judiciales y hasta indagar en cámaras de seguridad. «Agentes que podrían dedicarse a la prevención de la delincuencia o a la investigación de otros hechos reales se tienen que dedicar a realizar pesquisas sobre situaciones inexistentes», recalca la Policía.

Hasta que las pruebas los delaten

En el caso de la comisaría de Toledo, cuenta con un grupo de policías especializados en investigar esta modalidad delictiva. Estos agentes revisan todas las denuncias relacionadas con robos, tirones o hurtos que, a diario, se interponen en la capital. Ya en la oficina de denuncias se informa a los ciudadanos de la infracción en la que pueden incurrir si los hechos son ficticios. Los agentes llegan a advertir explícitamente al denunciante si su conducta despierta el recelo de los investigadores, con el único propósito de que el ciudadano se eché para atrás para que no incurra en un delito por denuncia falsa. Sin embargo, algunos denunciantes mantienen la mentira hasta que las pruebas los delatan.

En los últimos años, la Policía ha constatado en la capital de Castilla-La Mancha un gradual aumento de este tipo de denuncias, propiciadas en muchas ocasiones por el consejo de algún amigo o familiar . Falsos robos con violencia o intimidación de teléfonos móviles, efectos electrónicos diversos, carteras o billeteras con dinero y/o documentación, además de robos con fuerza en vehículos o locales, son casos de denuncias falsas investigados en la comisaría de Toledo cada vez con más frecuencia. Y todo con el objetivo primordial de cobrar una compesación por parte de las compañías de seguros. Aunque muchas veces los fines son tan absurdos como ocultar a la pareja el extravío de algún objeto o un gasto injustificado.