Hazte premium Hazte premium

Martín Sotelo - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Todo sucede por primera vez

«...Y puedo así verme lanzado a las calles, solitario e invulnerable, dispuesto a estrenar el nuevo año que se acaba»

El Puente de San Martín, en Toledo, iluminado por luces navideñas Javier Martín

POR MARTÍN SOTELO

Se acabó. Un año más , un año menos, con su equipaje de olvidos y su retorno de hallazgos. Con sus recuerdos imposibles y sus fugas detenidas, con sus cunas y mortajas. Expectativas que es mejor no tener, planes que no se cumplirán, repaso a recuerdos que habrán de convertirse en profecías, deseos muertos para hacerse el vivo . Tantas callejuelas recorridas con las manos en los bolsillos y la cabeza hundida en el cuello alzado del abrigo, tantos días de pisadas clandestinas, de coche subversivo y caminos parados con luna llena ; tantos tragos cuando todos duermen y tantísimas palabras para descifrar el verdadero calado de los silencios. Lanzar la piedra y volver a recogerla, sorprendido de que siga intacta. Hartazgos y rutinas y un final al que siempre le sigue otro. Es este último final, que nunca será el último, el que es imposible de fijar, de matar . Mudable como una camisa sudada, desechable como una cuchilla ya usada, el final que parece final siempre es mediocre, repetitivo, de un realismo conocido hasta la náusea. Bajo los fuegos artificiales, partiremos de nuevo para embocar otra vez los mismos desvíos hacia ninguna parte , pensando en aquello que dejamos atrás pero que aún no existe, lindante siempre con la precariedad y la intemperie. Se acaba, o eso dicen , pero continuará lloviendo sobre las tumbas y el frío seguirá arrinconándonos junto a alguna ventana empañada de algún bar vacío , con un libro entre las manos, como este de Thomas Wolfe, El ángel que nos mira , que leo mientras hago pausas para apurar el vino y contemplar el puente de San Martín iluminado por las luces navideñas y la abigarrada ciudad que de tan vieja parece nueva , aún no conquistada, erigiéndose sobre la noche como una montaña inexpugnable: «Cada uno de nosotros es el total de sumas que no ha contado: reducidnos de nuevo a la desnudez y a la noche, y veréis cómo empezó en Creta, hace cuatro mil años, el amor que ayer terminó en Texas». Me acuerdo de unos versos de Borges: «El que abraza a una mujer es Adán. La mujer es Eva / Todo sucede por primera vez» . La forma circular del tiempo de Pitágoras. El eterno retorno de Nietzsche. Heráclito el Oscuro y su gran río «que del pasado fluye hacia el futuro / que del olvido fluye hacia el olvido». El 16 de junio de 1904 de James Joyce, a quien Borges le dedica también este verso: «Entre el alba y la noche está la historia universal» . Tenso hasta el límite los elásticos hilos de esa gran telaraña que es la literatura, esto es, la vida, en donde el Tiempo, como decía Juan Carlos Onetti, se escribe siempre con mayúscula, ese tiempo sin porqué que en su infinitud se anula , y puedo así verme lanzado a las calles, solitario e invulnerable, dispuesto a estrenar el nuevo año que ya se acaba.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación