Tetas de colores por el Casco Histórico

Esculturas de senos de colores se esconden estos calurosos días de agosto en las calles de Toledo, en una furtiva muestra de arte urbano firmado por la francesa Intra Larue. Esta artista ha elegido Toledo para exponer sus obras y ha colocado varias piezas simulando sus propios senos en escayola por distintas partes de la ciudad imperial, como el callejón del Diablo o las lderas del río Tajo, con el objetivo de presentar una reivindicación feminista.

El Ayuntamiento de Toledo , por su parte, no tiene ninguna notificación de esta instalación urbana, ni se ha recibido solicitud para su instalación o ubicación, pero se va a analizar el asunto. Esta artista ha colado más de 450 senos por grandes ciudades europeas como es el caso de Madrid, Barcelona, Lisboa o Dublín. No obstante, esta iniciativa comenzó en el parisino barrio de Montmatre.

El artista toledano Fernando Barredo , profesor de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Secundaria, ha recorrido con Efe algunas de estas piezas, instaladas sin conocimiento de las autoridades municipales y que en algunos casos pasan desapercibidas al transeúnte. Según el artista y catedrático, se trata de una «llamada de atención en torno a la alegría y a la belleza» en una ciudad Patrimonio de la Humanidad pero «bastante monocroma». Ha explicado que es un tipo de arte «que se explica por sí mismo», arte urbano o arte de calle «no tanto furtivo como sorpresivo», que lo ve como «un arengo a la libertad» y algo desenfadado que le viene a la antigua y patrimonial Toledo.

En cuanto a lo que significan estos elementos, Barredo lo entiende como «un guiño, una firma suya» y añade que «da igual que sea un molde de su propio pecho o del pecho de cualquier otra mujer: es un pecho femenino no vinculado a la función de mama que amamanta y a todo lo que tiene que ver con lo reproductivo sino con lo orgiástico, o placentero, a la vida y la alegría». El artista toledano agradece, en particular, que Intra haya sido «muy respetuosa con el patrimonio» de Toledo e insiste en que «la llamada al arte efímero, desenfadado, alegre, jovial, divertido, bullanguero... creo que es, más que necesario, incluso urgente». Barredo también practica este «arte sin permiso», divertido, que no hace daño y que, en todo caso, puede «espabilar y despertar conciencias y gustos».