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Antonio Illán Illán - Crítica

La exquisita profundidad de Eva Yerbabuena

«Tendencias», en el Teatro Auditorio «El Greco», resultó un verdadero oasis en este Toledo abarrotado en esta semana de largo puente

Eva Yerbabuena ABC

La bailaora Eva Yerbabuena ha dado buena muestra de su arte, de su saber, de su estudio y de su adaptación a las nueva tendencias en el Teatro Auditorio «El Greco» con su espectáculo «Tendencias», incluido en la programación del Teatro de Rojas.

El baile flamenco es duende, y la Yerbabuena lo tiene, y es técnica, y ahí también anda sobrada la artista; y también es imaginación y capacidad de adaptar a los tiempos modernos los espectáculos, para que no se queden solo en el hondo y sabroso folclore antiguo; y en esto ha dado una buena lección, tanto con la plástica total de su propuesta, como con la variedad complementaria de formas distintas de entender el arte.

La mixtura entre la danza contemporánea, con una precisión de gestos y movimientos perfectamente estudiados y trabajados, y la profunda danza flamenca de la artista, crea una atmósfera variopinta y honda, que va subiendo de tono y encandila a los espectadores especialmente en la parte culminante del espectáculo.

Si el figurín en la danza contemporánea evocaba la pintura de Mondrian, el de la pura danza flamenca estaba más en Zuloaga. En conjunto «Tendencias» es una amalgama de elementos impresionistas que suponen un contraste en un contexto pero que en modo alguno desentonan. Y en ese conjunto, cómo no, la sustancia reside en la raíz ortodoxa del flamenco corporeizado de Eva Yerbabuena. Y en esa raíz, como todo en el flamenco, es más importante sentir que entender.

Eché de menos que no se diera al público un programa, para conocer al menos el nombre de los artistas que arropaban a la Yerbabuena y alabar su arte, que en general, tuvo altura y nivel.

En este tipo de espectáculos de estructura sorprendente suele ocurrir que el público aplaude cuando le viene en gana y no al finalizar un cuadro coreográfico, un baile o un cante. Cuando se produce el más mínimo silencio o una parada de movimientos, ¡zas!, algunos se agarran a las palmas con entusiasmo; pero a esto no le veo arreglo por ahora.

En fin, «Tendencias» resultó un verdadero oasis en este Toledo abarrotado en esta semana de largo puente. Al público asistente es evidente que le encantó la propuesta, pues, además de los aplausos extemporáneos, dio rienda suelta a sus palmas al finalizar con una calidez prolongada.

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