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El Rey afirma ante el dictador cubano que «es en democracia como mejor se defienden los derechos humanos, la libertad y la dignidad»

Díaz-Canel, que no tenía previsto hablar, tomó la palabra en el último momento para reivindicar su soberanía e independencia

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Almudena Martínez-Fornés

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El Rey hizo anoche ante el dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, una contundente defensa de la democracia, los derechos humanos, la libertad y la dignidad, e invitó a Cuba a seguir el camino que España emprendió en 1978. Durante la cena que ofreció en el Palacio de los Capitanes Generales, en La Habana, Don Felipe afirmó que «los españoles hemos aprendido que es en democracia como mejor se representan y se defienden los derechos humanos, la libertad y la dignidad de las personas, y los intereses de nuestros ciudadanos». «La fortaleza que la democracia otorga a sus instituciones es la que permite el progreso y el bienestar de los pueblos », añadió el Rey. Además, defendió la libertad de expresión, de asociación y de reunión.

Aunque no estaba previsto que Díaz-Canel pronunciara discurso alguno, en el último momento el presidente cubano anunció su intención de hablar. El dictador defendió la soberanía e independencia de Cuba, criticó el «injusto bloqueo» de Estados Unidos y agradeció el «claro apoyo» de España contra las sanciones impuestas a Cuba. Además, sostuvo que su país había elegido su camino «por voluntad propia».

En un largo discurso de unos veinte minutos de duración dirigido al presidente cubano, el Rey afirmó que «una lección segura que extraemos de la historia es que la evolución, la adaptación y el cambio son inevitables ». Por ello, advirtió a Díaz-Canel, «quien se resiste a su paso pierde la oportunidad de colaborar en el diseño de ese futuro que ya está naciendo, más aún, que ya está aquí».

Añadió que «el propio pueblo cubano» tendrá que dilucidar «cuál será ese futuro» y advirtió de que « los cambios en un país no pueden ser impuestos ». Según explicó Don Felipe, un cambio que «no emane del interior de las fuerzas sociales y políticas de un país» no puede tener éxito y «el cambio no traerá consenso y bienestar si no representa la voluntad ciudadana».

El Rey dedicó gran parte de su discurso a defender la democracia: «Es necesaria la existencia de instituciones que representen a toda la realidad diversa y plural que existe de los ciudadanos, y que estos puedan expresar por sí mismos sus preferencias y encontrar, en esas instituciones, el adecuado respeto a la integralidad de sus derechos incluyendo, entre ellos, la capacidad de expresar libremente sus ideas, la libertad de asociación o de reunión».

También expresó ante Díaz-Canel el deseo de España de acompañar a Cuba en el «proceso de cambio en el que está inmersa»: «Señor presidente, queremos acompañarles, y queremos hacerlo sobre la base del respeto y sobre la base de la propia experiencia», manifestó. El Rey recordó que «España supo dotarse, en 1978, de una Constitución basada en el pacto , la negociación, e inspirada en el consenso y la reconciliación. Y al amparo de ese marco constitucional, refrendado por el pueblo español en el ejercicio de su soberanía, los españoles hemos vivido nuestros mejores años como un país plenamente democrático».

«Ningún país puede permitirse vivir aislado», alertó el Rey y recordó que “corresponde a las autoridades» dar a los ciudadanos «oportunidades de viajar y de recibir a gentes de otros países; acceso a las nuevas tecnologías; normas que permitan el pleno desarrollo de la creatividad en todos los ámbitos, desde la creación cultural a la generación de iniciativas empresariales». «Queremos también ser parte, como lo hemos sido hasta ahora, del crecimiento económico del país . Queremos ayudar a generar oportunidades de mejora económica y social», insistió.

En su discurso ante el presidente cubano y los invitados a la cena, el Rey también defendió la presencia histórica de España en América. Explicó que «los nuevos territorios se incorporaban a la Corona en pie de igualdad con los demás reinos ». Habló de las instituciones de gobierno, las universidades, los hospitales y las imprentas que crearon los españoles en América, y recordó que España no solo creó infraestructuras: «España trajo consigo instituciones, ideas y valores, las bases del Derecho Internacional, la concepción de los derechos humanos universales y el debate sobre la guerra justa».

Las palabras del Rey fueron recibidas con un largo aplauso, al que también se sumó Díaz-Canel. Después, intervino el presidente cubano y afirmó: «Somos una sociedad que se renueva, evoluciona y avanza, preservando al mismo tiempo sus tradiciones y valores y defendiendo sus derechos. Nos guían principios claros de independencia y soberanía con la certeza de un camino dirigido hacia un mayor bienestar para nuestro pueblo ».

Además, agregó que «en este camino que por voluntad propia hemos elegido es importante contar con el acompañamiento de verdaderos amigos en el mundo, y los españoles se encuentran entre ellos. Somos hoy un ejemplo de lo que la voluntad compartida y el respeto mutuo pueden aportar a una relación sólida». También agradeció a las empresas españolas su « fidelidad y compromiso » en momentos especialmente difíciles.

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