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CNI y Cuerpos de Seguridad contactaron con el imán de Ripoll por decir que traficaba obligado por yihadistas

Cumplíó condena entre 2010 y 2014 por intentar introducir en España un cargamento de 120 kilos de hachís

Furgoneta utilizada por los yihadistas en las Ramblas EFE

LAURA L. CARO

Agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se reunieron en la cárcel de Castellón donde cumplía condena por drogas con Abdelbaki Es Satty, imán de Ripoll y presunto instigador de la célula que atentó este verano en Cataluña , y lo hicieron «dentro de los protocolos habituales» después de que el reo comentara que había ejercido de traficante obligado por un grupo yihadista . Las fuentes a las que ha tenido acceso este diario precisaron que se trató de «un contacto, como también mantuvieron otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad» y evitaron en todo caso asociar la función de «confidente» a la de este imán, si bien tampoco negaron que hubiera existido tal vínculo.

De a quién se ficha como informador, a cambio de qué se reciben sus soplos y si, en un caso como este, hubo una relación y seguía mientras la célula terrorista preparaba una masacre son cuestiones a las que el CNI tiene obligación legal de informar a una sola instancia si así lo solicita: los grupos políticos representados en la comisión de Secretos Oficiales del Congreso de los Diputados.

Las primeras sospechas sobre si este individuo, -muerto en la explosión del chalet de Alcanar en las horas previas a los ataques de Barcelona y Cambrils-, podía ser efectivamente un confidente surgiero n a partir de la operación Chacal desarrollada en 2006 en Vilanova i La Geltrú (Barcelona), en la que hubo veinte detenidos, luego relacionados por la Audiencia Nacional con el 11-S, el 11-M o los atentados de Casablanca de 2003. Es Satty, de quien se probaron comunicaciones y relaciones con varios sospechosos y había sido también imán de la mezquita local, ni siquiera fue juzgado.

Los servicios secretos españoles admiten ahora que mantuvieron con él «una visita» en prisión y que, según confirma la fuente consultada, fue en el año 2014, último de los cinco que Abdelbaki Es Satty tuvo que cumplir tras haber sido declarado culpable en 2010 de intentar introducir en España a través del ferri entre Ceuta y Algeciras un cargamento de 120 kilos de hachís.

Durante la instrucción previa mencionaría que había sido forzado a hacerlo por yihadistas. Durante esta estancia en el centro penitenciario logró tres permisos por «buena conducta». A su salida, el titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Castellón revocó una orden de extradición dictada contra él por su «evidente arraigo laboral y esfuerzos para integrarse en España».

Nada impidió al imán volver a dirigir el rezo y ser un referente para la comunidad islámica, posteriormente en Ripoll, y muy a pesar de que su currículum penal era más amplio. Incluía una condena en 2003 por tráfico de personas -intentó ayudar a un inmigrante con un pasaporte falsificado a entrar en España- y una más en 2006 por dos delitos de lesiones.

Preguntado acerca de si el imán trabajó en algún momento para el CNI, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, recordó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer que el Ejecutivo no comenta asuntos bajo investigación judicial y bajo secreto de sumario, como es el caso.

Fuentes jurídicas no identificadas citadas por Ep subrayaron que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu no tiene abierta ninguna pieza separada sobre Es Satty y que, como ocurre con el resto de integrantes de la célula, s e está analizando toda su trayectoria hasta su fallecimiento accidental en la explosión de la casa de Alcanar utilizada por los terroristas como laboratorio para fabricar explosivos. En esta investigación participan los Mossos d´Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil, y el resultado de sus pesquisas se centraliza en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), interlocutor del magistrado en este caso.

Las dudas más nítidas conocidas sobre el comportamiento del imán fueron las trasladadas a principios de 2016 a los Mossos la Policía del municipio belga de Vilvoorde, donde el exconvicto viajó para buscar trabajo. Los agentes belgas querían saber si Es Satty tenía conexiones con el terrorismo yihadista y así lo plantearon por escrito y de manera «no oficial» vía email, aunque una vez más, lo que podía haber sido un indicio no tuvo mayores efectos. Un alto mando de los servicios de Información de la policía catalana contestó que no constaba nada sobre el individuo en sus bases des datos.

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