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Los WhatsApp de un profesor a una alumna: «Me dijo que si me agarraba el culo no eran malas intenciones»

La jueza reconoce vejaciones pero no acoso sexual de un 'profe' a una menor y ha sobreseído la causa. El acusado negó todas las acusaciones vertidas contra él

JOSÉ RAMÓN VILLALBA/IDEAL

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Granada ha decretado el sobreseimiento provisional de la causa seguida contra un profesor de enseñanza secundaria de un instituto de la capital granadina por un caso de presunto acoso sexual contra una exalumna de 13 años, aunque reconoce que sí existió una falta de «vejaciones» destipificada tras la última reforma del Código Penal en 2015.

La jueza apoya su decisión en las diligencias practicadas y en el informe emitido por la asociación Márgenes y Vínculos. Esta oenegé valoró a la menor y en el informe le daba el máximo nivel de «credibilidad» a sus declaraciones. «Durante nuestras entrevistas se aprecian características de los estadios iniciales de un proceso de violencia sexual , como pueden ser: confusión con respecto a la relación entre la menor y el adulto, así como ganancias secundarias», apunta el informe. Los psicólogos de esta asociación han señalado que la menor presentaba «sintomatología relacionada con los hechos denunciados». Esta adolescente se encuentra en tratamiento psicológico en estos momentos, tratando de superar el trauma sufrido.

La menor, acompañada de su madre, presentó una denuncia el pasado mes de junio por un presunto acoso sexual, después de que el acusado, ahora absuelto, intercambiara con la menor distintos «whatsapp», así como conversaciones donde la relación maestro-alumna daba la impresión de que se sobrepasaba .

La adolescente le dijo a la Policía que se había encontrado tres o cuatro veces solo con él en el departamento. En esas ocasiones «le cogía de la cintura» pegando su cuerpo contra el de la menor haciendo sentir a la víctima «incómoda». Acudía a esas citas, entre otras cosas, «porque le hacía sentirse bien diciéndole cosas muy bonitas, como que era muy guapa y su preferida ». En la declaración en sede policial, tal y como consta en el sumario, también manifiesta que le decía las preguntas de los exámenes y se los mostraba. Para felicitarla el día de su cumpleaños, le llegó a regalar el examen que iba a poner ese día y para eso le pidió que fuera sola a su despacho.

Según la versión de la menor, el docente le insinuó que se mostraba muy rara y si alguna vez «le daba un abrazo y le agarraba el culo no era con malas intenciones y que si alguna vez me daba un beso y sin querer se le escapa un pico tampoco era con malas intenciones». La víctima también confesó que este profesor le pidió fotografías en bikini .

El docente, en su declaración en sede judicial, lo negó casi todo. Sí reconoció haber regalado el examen a la menor, porque él «no sólo evalúa los exámenes, sino todo el curso» y la dádiva obedeció al hecho de que la adolescente le dijera que no había podido estudiar. Negó las declaraciones sobre los tocamientos en el culo y los besos o picos, así como el hecho de haber estado con ella sola en el despacho. Respecto a la solicitud de fotos en bikini, el denunciado dijo que la menor le mandó una fotos esquiando en las que aparecía con gorro y gafas bien tapada y él le dijo de broma: «Chiquilla ya podías haberlas mandado en bikini que se te viera la cara».

Hay cuatro compañeras de la víctima que declararon en contra de este docente apuntando que era demasiado cariñoso y le gustaba besar y dar abrazos a un grupo de adolescentes. Hay una quinta adolescente que sí testificó a favor de él, negando que le gustara dar besos y abrazos. Lo definió como una persona normal, buen profesor y que a ella le ayudó bastante en un caso de acoso escolar.

La Policía Nacional no encontró nada raro en sus dispositivos electrónicos, salvo los «whatsapp» que reproducía con algunas de sus alumnas. A una la llamaba «mi osito», y a otras «mi prefe 1» o «mi prefe 2». Una de estas testigos llegó a decir ante la policía que le introdujo el dedo pulgar por la parte trasera del pantalón . Él lo negó. También le requisaron un portfolio con veinte cartas «cariñosas» de sus alumnas con frases como «I love you», «guapo» o «de tu amor».

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