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Sito Miñanco y Quique Arango, 30 años de idilio criminal, tabaco y cocaína

La operación Mito refleja la dirección y el poder incuestionable del narco gallego

Vídeo: La Policía Nacional desmantela la red de Sito Miñanco / Foto: Sito Miñanco a su llegada al juzgado ABC / ATLAS
Cruz Morcillo

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El idilio criminal de José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco , el narco más importante de Europa, y el colombiano Luis Enrique García Arango, «Alan» o «Viejito», se fraguó entre los muros de la desaparecida cárcel de Carabanchel a mediados de los ochenta. Juntos traficaron con tabaco, juntos introdujeron cargamentos de cocaína y juntos cayeron en 2001 y acabaron cumpliendo una importante condena. Ni los millones, ni la droga, ni las traiciones de terceros ni la prisión han roto su alianza. El gallego Sito Miñanco, alias «Mario» , es el número uno, el director de la orquesta capaz de pactar hasta el infierno por una partida de cocaína o de hachís y Quique Arango su escudero inseparable, su lugarteniente. Ambos fueron detenidos en febrero junto al resto de la organización, en la operación Mito, y continúan en prisión por orden de la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela.

«Arango es su mano derecha y una de las pocas personas con las que cuenta para tomar las decisiones más importantes», señala la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UdycoCentral) de la Policía en sus informes. Se han convertido en su sombra en los últimos 18 meses, siguiéndolos en sus viajes, en sus reuniones de seguridad. oyéndolos y espiando sus comunicaciones y sus citas.

«Su perro fiel»

Arango viajaba continuamente por toda la geografía española (Madrid, Málaga, Barcelona, Algeciras, Pontevedra) para llevar a cabo las gestiones más importantes y estaba presente en las principales reuniones: en los pisos, chalés y naves de seguridad; en las gasolineras donde se citaban, en los restaurantes de postín, cerrando operaciones con los colombianos y con los holandeses o entregando miles de euros en metálico a un grupo de «mulas» para que los trasladaran a Colombia. «Es su perro fiel», resumen fuentes policiales.

Ese dinero fue interceptado en el aeropuerto de Barajas el 6 de febrero de 2017. Se lo había entregado el colombiano a Manuel González, a su mujer y a otros tres miembros de la organización. Manuel declaró que era suyo y que iba a montar una empresa en Colombia. Entre los cinco llevaban 889.470 euros en metálico, ocultos en mochilas negras. Pese a la cantidad perdida, QuiqueArango les volvió a dar dinero, según conversaciones del sumario.

Hay un trayecto en coche en julio de 2017 desde Algeciras (donde vivía Sito Miñanco, en tercer grado) hasta la estación delAVE de Málaga en el que el narco gallego y su hombre de confianza van repasando los proyectos que tienen en marcha y que quedan registrados en el micro instalado en ese vehículo.

Sito:«Se retrasa pero lo importante es que salga (...) yo solo le pido a Dios que no se retrase otra vez (...) si no tenemos un problema serio, porque Kit (Van Rij) no, la gente va a decir que no». En la conversación mucho más larga, Arango asiente y hace algunas acotaciones al jefe. Hablan de un supuesto envío de droga que habrían financiado y se está retrasando y ocasionándoles problemas.

Wifis portátiles

Pese a los teléfonos encriptados que utilizan, los investigadores logran los fotogramas de unos elocuentes mensajes enviados por Arango desde un centro comercial del paseo de la Castellana en Madrid. «Mandé a mi hermano para que viese todo lo que está pasando en Ecuador. Ya vio todo el producto y dice que muy bien.En teoría este finde cargamos», escribe a su interlocutor al que manda recuerdos de «Mario» (Miñanco).

Los teléfonos preocupaban a Sito hasta tal punto de que solo usaban aparatos con sistemas de encriptación PGP y tecnología satélite. En el primer caso llegaron a comprar wifis portátiles para intentar que las comunicaciones a través de sistemas cifrados no fallaran.

Sito está al frente de un nutrídismo grupo de hombres y mujeres que fueron apareciendo y que los investigadores encuadran en los siguientes grupos:coordinación, con Arango, y miembros destacados como David Pérez Lago , el hijastro del capo gallego Laureano Oubiña, y otros de los «directivos» de la mayor confianza de Miñanco. El segundo grupo lo integrarían otros miembros importantes que colaborarían con los primeros, entre los que está su pareja –la colombian Claudia Delgado que regentaba una de las tapaderas de la trama– y una de sus supuestas amantes –Leonor Pérez–, también supuesta participante en transportes de droga o dinero.

Las mujeres, claves

El tercer grupo sería el que proporcionaba la logística e infraestructura; el cuarto, dedicado al transporte marítimo; el quinto se encargaba de los movimientos de dinero en metálico y uno final dedicado al transporte terrestre.

La pareja de Miñanco durante la investigación administraba la sociedad Vicmar, utilizada para elaborar contratos y facturas ad hoc. «Me inventaba nombres y nombres de contratos y hacía contratos ficticios y facturas que las puedo borrar», explica Claudia en una escucha. Su exmujer María Rosa Pouso es propietaria de Inmobiliaria San Saturno, dueña del astillero Facho donde se construían lanchas rápidas para alijar la cocaína.

Del poderío y la influencia de la red de Miñanco, da idea el auto dictado por Lamela justo antes de las detenciones. Los investigadores le pidieron que se les incomunicara 24 horas para evitar que algún miembro de la organización, sus familias o abogados dieran al traste con la operación Mito. Tenía dos folios con decenas de matrículas de policías y guardias civiles.

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