El día en que se rompió el hielo entre el Gobierno y la Generalitat

En la fría mañana del pasado 23 de marzo en el aeropuerto de El Prat, en el acto de homenaje a las víctimas de la tragedia aérea de Germanwings, Rajoy y Puigdemont concidieron por primera vez en persona y se empezó a romper el hielo en la tensa relación entre el Gobierno y la Generalitat gobernada por los independentistas de Junts pel Sí (ERCy CDC). En ese breve encuentro se empezó a gestar lo que culminaría con una petición formal de la Generalitat para que ambos presidentes mantuvieran una reunión en La Moncloa, que tuvo lugar el pasado 20 de abril .

Puigdemont acudió a la cita con Rajoy sonriente . Con 46 demandas bajo el brazo, el doble que las que su antecesor, Artur Mas, planteó a Rajoy en su última cita en Madrid, en julio de 2014. Aunque el memorial de supuestos agravios era mayor, el encuentro se saldó de manera positiva. En gran parte, porque al otro lado de la mesa del presidente del gobierno ya no estaba un Mas que en los últimos años se había enconado en su relación con «Madrid», herido en lo personal por la imputación judicial por desobediencia por celebrar la consulta del 9-N.

Esa reunión Rajoy/Puigdemont tuvo un precedente virtual , pero significativo. En enero, poco después de la toma de posesión de Puigdemont como «president», un imitador radiofónico de Puigdemont llamó al auténtico Rajoy, ya en funciones, y le pidió cita. Rajoy aceptó.

« Ni yo he dejado de ser independentista, ni la vicepresidenta se ha convertido en una apasionada defensora de la indedependencia », ironizaba –advertía– ayer Junqueras tras su encuentro con Saénz de Santamaría, una reunión acordada en la cumbre Rajoy-Puigdemont a la que seguirán más. Como un encuentro entre el ministro del Interior y el consejero catalán del ramo.

Junqueras y Soraya Sáenz de Santamaría no rehuían ayer la palabra «deshielo» tras valorar su reunión de ayer. Aunque el líder de ERC y segundo del Gobierno catalán insistía en subrayar que siguen habiendo diferencias. Como hizo en privado ante la vicepresidenta, Junqueras reclamó del Ejecutivo central que corrobore con hechos este supuesto clima de entente.

Para empezar, quiere que hoy el Consejo de Ministros no recurra ante el Constitucional la ley catalana contra los desahucios y la pobreza energética. Para la esperanza, se apela al acuerdo que esta misma semana han sellado ambos ejecutivos para evitar llevar otros cinco conflictos competenciales al TC. Para alimentar el recelo de algunas nacionalistas: lo que sucedió dos días después de que Puigdemont se citara con Rajoy en Moncloa. El Gobierno aprobó tres recursos más al Constitucional contra sendas normas aprobadas por el Parlament, como la del impuesto que grava las viviendas vacías.