El PP toma distancia y ralentiza la cita con Sánchez y Rivera
Cospedal promete a Nuevas Generaciones un congreso en cuanto se forme gobierno
No ha habido aún llamada de Rajoy a Pedro Sánchez y Albert Rivera. Y «no va para corto», aseguran en la cúpula popular. La razón no es la falta de interés, sino la necesidad de dar tiempo al adversario político -en este caso, el PSOE- a que madure su situación y se avenga a negociar con el PP. Es el momento de «tomar distancia», dicen los populares.
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En la dirección del Partido Popular han acusado el golpe de la reacción de Pedro Sánchez, al que le faltó tiempo, tras señalar Rajoy que pensaba llamarle para hablar, para «abortar» la iniciativa adelantando su respuesta negativa. «¿Para qué llamar si ya nos han dicho los dos que no?» se preguntaba ayer un dirigente.
Papel mojado
En lo que parece una carrera de obstáculos con la meta de un acuerdo cada vez más inalcanzable, el PP se niega a hablar tomando como base el documento que PSOE y C’s pactaron; lo consideran papel mojado desde el momento en que el Congreso lo rechazó con su rotundo «no» a la investidura de Sánchez. Y PSOE y Ciudadanos insisten en ir juntos a cualquier mesa de negociación.
El PP se decanta ahora por ralentizar el proceso y darle tiempo al PSOE y a Ciudadanos para «finalizar el luto del acuerdo fallido». Los populares prefieren ser por ahora discretos en sus iniciativas, aunque entienden que «a otros les hace falta la foto» . Varios dirigentes del partido y en el Congreso apuntaban como posible que cualquier contacto en serio quede parado «hasta después de Semana Santa».
Interpretan que en el PSOE se les acumulan los problemas porque «se encuentran solos: Podemos ya les ha dicho que no, y nosotros tampoco vamos a negociar sobre un documento que ha sido rechazado». Con esta estrategia, creen que es cuestión de tiempo que los socialistas «entren en razón».
Claro que no todas las opiniones coinciden: existe una evidente preocupación entre los que consideran posible que PSOE y Podemos se entiendan. Arguyen que al partido de Pablo Iglesias cada vez le interesa menos ir a nuevas elecciones, dadas las divisiones con las confluencias que le reportaron más del 30 por ciento de sus votos actuales. Y Sánchez ha manifestado su intención de intentar la investidura de nuevo.
Votos por ruedas de prensa
El PP mantiene abierta su agenda y confía en que se vaya abriendo camino su idea de la gran coalición. Ayer mismo volvió a ofrecerla María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, en un discurso a los responsables de Nuevas Generaciones en toda España. Ante este público -del que han surgido algunas voces pidiendo cambios y apertura-, Cospedal explicó que el congreso nacional del PP, que dará paso a otros regionales y provinciales pendientes, se producirá «inmediatamente después de formar gobierno». Esto será así, dijo, tanto si éste lo dirigen populares como si es del PSOE con otras fuerzas políticas.
La «número dos» del PP fue muy crítica con las formaciones dispuestas a pactar dejando fuera al PP, pese a ser éste la lista más votada: «A los españoles no se les puede faltar al respeto diciendo que los votos se pueden sustituir por otras cosas», como «reuniones y ruedas de prensa». Si la situación acaba en nuevas elecciones, sentenció, «el candidato del PP sería Rajoy». Y auguró «mejores resultados» porque confía en recuperar votos que el 20-D fueron a Ciudadanos. «La gente ha quedado muy defraudada de quienes no querían formar parte de gobiernos, no querían retratarse en sus decisiones... y han votado “sí” al PSOE».
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