Podemos maniobra para ganar visibilidad en el Congreso
Pugna con ERC por los puestos que dejará Convergència en la primera fila del hemiciclo, tras el banco azul del Gobierno y quiere entrar en la Mesa de la Diputación Permanente
Tras siete meses en el Congreso de los Diputados, Podemos ha aprendido que la negociación es la base del funcionamiento de la Cámara y no quiere volver a cometer los errores que la pasada legislatura le dejaron aislado en las principales decisiones sobre organización interna. Sonadas fueron las polémicas por la primera ubicación del grupo en el «gallinero» del hemiciclo -corregida después por PP, PSOE y Ciudadanos- y por su exclusión de la Mesa de la Diputación Permanente, entre acusaciones de los otros tres grandes partidos de no haber negociado con nadie.
Ahora, el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, controla ahora todas las negociaciones que se están produciendo. Las primeras para el reparto del hemiciclo y la siguiente batalla será la composición de la Mesa de la Diputación Permanente. Su objetivo no es solo que la formación no vuelva a quedarse aislada sino que gane visibilidad. Así, en el hemiciclo está reclamando los puestos que va a perder el Partit Demòcrata Català (PDC) , la antigua Convergència, que al quedarse sin grupo propio está prácticamente condenada a perder su ubicación adelantada en el tercio central para ubicarse en las últimas filas.
Para hacerse con estos asientos la formación morada argumenta que es la que peor sale parada en relación escaños y visibilidad si se mantiene el reparto de la legislatura anterior, cuando contó con solo tres puestos en las primeras filas tras el banco azul.
Negociaciones múltiples
Pero el PSOE no quiere concederles mejora alguna y ERC también codicia esos asientos. No en vano, en el último reparto del Salón de Plenos, el partido republicano catalán quedó ubicado en las últimas filas del tercio central y reclama ahora una mejor colocación, como quinta fuerza política. Las negociaciones se están produciendo así a varias bandas ya que la decisión la adoptará por mayoría la Mesa del Congreso, probablemente el próximo martes.
En cuanto a la composición de la Diputación Permanente –órgano operativo fuera de los periodos de sesiones– el número de diputados está en manos de los letrados del Congreso con la misión de buscar una ecuación que replique la representación que cada partido tiene en el hemiciclo. Pero en esta legislatura, como ya sucedió en la pasada, esto es más difícil de conseguir en la Mesa de este órgano, compuesta por cinco miembros frente a los nueve de la Mesa del Congreso. El presidente del Parlamento es siempre uno de ellos, y se escogen a dos vicepresidentes y dos secretarios de entre los cuatro de cada categoría que tiene la Cámara. Tradicionalmente el primero y segundo de cada rango.
El problema para Podemos viene porque ninguno de estos cargos está en sus manos. La presidencia está ocupada por la exministra popular Ana Pastor, y recaen la vicepresidencia primera en Ignacio Prendes (Ciudadanos), la vicepresidencia segunda en Micaela Navarro (PSOE), la secretaria primera en Alicia Sánchez-Camacho (PP) y la secretaria segunda en Juan Luis Gordo (PSOE). Las negociaciones para el reparto de este órgano aún no han comenzado, pero Podemos aspira a cambiar la tradición y optar a uno de los puestos. Su posición es que la Mesa de la Diputación Permanente debe reflejar el mismo equilibrio de fuerzas que la Mesa del Congreso, y que PP, PSOE y Ciudadanos no pueden tener más poder juntos en un órgano que en otro. Siguiendo la tradición, el PP contaría con dos puestos, otros dos del PSOE y Ciudadanos con uno .
Para que Podemos cuente con un puesto o bien Ciudadanos pierde la posición o el PSOE cede un. No parece fácil que el PP apoye un movimiento que pueda complicar la negociación de investidura con C’s, ni tampoco que los socialistas accedan a estar en igualdad de condiciones que Podemos, pero Errejón está dispuesto a dar la batalla.
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