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El PNV no ve riesgo de contagio catalán

Urkullu transmite «solidaridad» al separatismo catalán, pero le pone un cortafuegos: defender la ley (Concierto)

Itziar Reyero

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El Gobierno vasco del PNV no quiere, porque le aterra sólo de pensarlo, que el País Vasco se vea contagiado del sarampión separatista que recorre Cataluña . Pero la política vasca es hipersensible a la catalana, y el «procès» ha obligado al lendakari a no parecer equidistantes, aunque lo sea. Un dirigente del PNV resume así su encrucijada:«Solidaridad con Cataluña, pero sin contaminarnos». El nacionalismo vasco no se dejará arrastrar por Cataluña. Y aunque a fuerza de ver a la Guardia Civil arruinar el referéndum del 1-O ha subido su tono soberanista y ha aparcado su relación privilegiada con Rajoy en Madrid, no se saldrá del carril central de la legalidad. La vía catalana es para el PNV el abismo.

La dirección de Sabin Etxea, y por extensión del Gobierno vasco, teme que la olla de presión en Cataluña arruine los frutos de su estrategia de pragmatismo y moderación que trabajan desde hace años Iñigo Urkullu, en el Ejecutivo, y Andoni Ortúzar, en el partido. Su «Ítaca» ya no es la independencia, sino amasar por el camino del pacto con Madrid las mayores cuotas de autogobierno. Su cajón:la «cosoberanía» en un «Estado confederal» . Existen variadas razones que explican por qué el soberanismo catalán y el vasco laten de manera distinta:

«Urkullu no es Ibarretxe»

El PNV ya pasó el sarampión soberanista del plan Ibarretxe y sus discípulos, Urkullu y Ortuzar, llevan años haciendo pedagogía entre sus bases para no volver a descarriar:el árbol de Guernica da más nueces. Hasta han conseguido domar el alma más soberanista del partido, el del sector guipuzcoano de Joseba Egibar, el único partidario de subir al monte y dejar de ir a Madrid, aunque sin fuerza real. El liderazgo marca la principal diferencia, según apunta Patxi López: «Urkullu no es Ibarretxe. Con él no hay duda de que iríamos detrás de Cataluña, al precipicio con Puigdemont» , señala el exlendakari socialista.

El Concierto económico

Los privilegios forales del País Vasco y Navarra, consagrados en la Constitución, son bálsamo y razón por la que el PNV mira con ansiedad la aventura de Cataluña. Una cosa es que el nacionalista vasco se solidarice y anime al «derecho a decidir» del catalán, pero siempre y cuando no perjudique su autogobierno económico. Cataluña pone nervioso al PNVporque siempre anheló su estatus económico y, de esa forma, lo cuestiona también. Joseba Arregi, exconsejero vasco de Ardanza que mejor ha exorcizado el nacionalismo,

explica la batalla de Cataluña por parecerse al País Vasco:«Como decía Carme Chacón, no quieren el Concierto, sino el rendimiento del Concierto. Euskadi tiene un 32%más de riqueza de PIB que la media española y, sin embargo, dedica el 60% más en gasto público por habitante». Arregi habla de un «nacionalismo del bienestar regalado» y asegura que el PNVteme que el privilegio vasco puede menguar. «Sabe que, a partir del día 2 de octubre, se abrean compuertas peligrosas», en cuanto al recálculo de financiación.

Un tejido social más crítico

La existencia de ETAmanchó de sangre la causa vasca y, de rebote, favoreció una resistencia civil frente al nacionalismo radical que no existe en Cataluña. Arregi afirma que el «pujolismo» tejió un «manto del nacionalismo moderado» que escondió la perversión que ahora se manifiesta y ha impedido forjar una resistencia civil. «En Euskadi la violencia hizo desarrollar una vacuna social, en Cataluña, no».

«Pinchazo»en la calle

Derivado de lo anterior ocurre que el nivel socio-económico anestesia la protesta en las calles del País Vasco. El sábado pasado la marcha por el referéndum en Cataluña reunió en Bilbao a miles menos de los que suelen manifestarse por los presos. Ni Otegi logró movilizar a los suyos, mucho menos el PNV, que tiene la paz social asegurada. El único factor desestabilizador que le preocupa es el papel del sindicato ELA, que trabaja para abrir una vía soberanista unilateral, como en Cataluña. ELApresiona con Bildu y Podemos a Urkullu para que rompa sus acuerdos con el Gobierno «antidemocrático»de Rajoy. Sin éxito.

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