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Manuel Marín - ANÁLISIS

No, no es un estado de excepción

Se está imponiendo peligrosamente una ideologización victimista del separatismo, de la que tarde o temprano la izquierda radicalizada expulsará a la derecha independentista

Manuel Marín

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España está asistiendo a la secuencia de una deconstrucción de la democracia real para sustituirla por un relato totalitario en el que la vulneración de la ley basada en un falso criterio de «la voluntad de la mayoría» se convierte en una solución para los ... conflictos. Así, se presenta al Jefe del Estado como un vulgar traficante de armas no elegido democráticamente que se comporta como un jerarca autoritario para sojuzgar a minorías oprimidas. Se presenta al Tribunal Constitucional como un arma de represión masiva y abusiva para impedir algo tan legítimo como votar, hurtando a los catalanes derechos fundamentales en lugar de defenderlos. Y el Gobierno y la oposición constitucionalista, son tiranos. Y los jueces son ultraderechistas que anhelan la bandera nacional con el águila de San Juan. Y el fiscal general es un represor propio de la dictadura argentina para sojuzgar las libertades. Y la libertad de mercado y la globalización son la causa de un cataclismo universal solo salvable gracias a nostálgicos comunistas que jamás han conocido el comunismo, porque en realidad son tardoburgueses instalados en una revolución ficticia en busca de unas libertades que ya tienen desde la cuna.

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