ABC muestra por primera vez las Caballerizas Reales

Las caballerizas. Imagen de las cuadras del Palacio Real, donde se encuentran los caballos que participan en los actos oficiales de Patrimonio Nacional Caballos holandeses y de capa castaña. Todos son caballos holandeses (raza KWPN), de gran alzada (más de 1,76 metros), cuello esbelto, patas finas y aspecto elegante. Además, son de capa castaña u oscura, como corresponde, según el protocolo, a los embajadores. Cuidados diarios. Todos los días reciben cuidados, salen a pasear, reciben doma yensayan la ceremonia con un coche llamado la «domadora», que pesa 3.000 kilos, lo mismo que las carrozas históricas en las que trasladan a los embajadores extranjeros Ensayos en el Campo del Moro. Los caballos ensayan a diario en los jardines del Campo del Moro, detrás del Palacio Real. Los ejemplares más veteranos son muy útiles para enseñar a los más jóvenes También los músicos ensayan. En una sala situada en los jardines del Campo del Moro, la Unidad de Música de la Guardia Real ensaya las piezas que interpretará en las ceremonias oficiales Empiezan los preparativos. Hoy es día de ceremonia y los preparativos empiezan muy temprano en las Caballerizas Reales El atalaje. En las salas próximas a las cuadras se almacenan las piezas que engalanarán a los caballos durante la ceremonia Guarniciones históricas. Casi todas las piezas son del siglo XIX, y las piezas desgastadas de cuero se sustituyen por otras nuevas. Las guarniciones son de piel de toro, aunque algunas son de piel de cabra Las carrozas históricas. Hay seis carrozas para Actos Oficiales, pero en la presentación de cartas credenciales actualmente solo se utilizan dos Revestidas de seda y bordados en oro. Las carrozas están revestidas de seda y bordados en oro y, al abrir las puertas, se despliegan escalerillas para facilitar el acceso Vestidos «a la federica». El protocolo establece que las carrozas de los embajadores deben llevar cochero, palafreneros, lacayos y postillón. Todos ellos se visten «a la federica», es decir, con los uniformes de gala que se impusieron en la época de Carlos III Los caballos se engalanan. Mientras los hombres se visten «a la federica», los caballos se engalanan para participar en la ceremonia más brillante del Estado El momento de la «pedicura». Ya fuera de las cuadras, con una brocha se pintan los cascos de los caballos con grasa negra, lo que además de embellecerles les protege Encuentro equino en Palacio. Además de los caballos que viven en Palacio, en la ceremonia participan otros ejemplares de la Guardia Real y de la Policía Municipal. Todos ellos se han dado cita en el patio de las Caballerizas Reales Empieza la ceremonia. Una vez enganchados los caballos al tiro y revisado de nuevo el atalaje, la carroza ya está condiciones de salir a recoger al primer embajador, que aguarda en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Nacionales y turistas contemplan el espectáculo por las calles de Madrid Madrid viaja al siglo XVIII. El público contempla y fotografía a la comitiva, que luce uniformes de época Una imagen histórica. La carroza cruza la Plaza Mayor de Madrid en su recorrido al Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, donde recojerá al embajador extranjero para que presente sus credenciales al Rey El momento más brillante. Cuando la berlina de gala entra en el Patio de la Armería del Palacio Real, la Unidad de Música de la Guardia Real recibe al embajador con el himno nacional de su país En el zaguán. La berlina de gala para en el Zaguán de Palacio, donde dejará al embajador para que acuda a presentar sus cartas credenciales al Rey, que le recibirá en uno de los salones de Palacio