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Salvador Sostres

Los mejores años de nuestra democracia

Salvador Sostres

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El pacto entre PP y Convergencia es un clásico de la política española y ha vuelto precisamente cuando más enrarecidas están las relaciones entre los dos partidos, así como las relaciones entre Cataluña y el Estado. Los populares necesitaban romper su aislamiento y el deshielo de las relaciones con sus viejos socios no les va a servir para la investidura pero sí para afrontar algunas votaciones en un parlamento donde sólo tienen 137 diputados.

Convergencia está muy débil electoralmente y es muy probable que Junqueras sea el próximo presidente de la Generalitat. Las finanzas del partido son dramáticas y la situación procesal de Mas y de Homs era angustiosa hasta la semana pasada. Convergencia necesitará que en los próximos meses que alguien la reconozca como interlocutora , para que la pérdida de la Generalitat no la vuelva irrelevante. Tiene ya asegurada la visibilidad y el dinero que da tener grupo parlamentario. A Mas el fiscal le retiró la semana pasada la acusación que podía comportarle pena de cárcel; y lo de Homs, cuando llegue el momento, también mejorará.

Es evidente que la Convergencia de hoy no es la de los años ochenta, pero tampoco el PP y el PSOE son lo mismo , y a fin de cuentas no hay nada que una tanto como la confluencia de los que no tienen más remedio que hacer necesidad virtud.

Pujol pactó con Felipe en 1993 tras años de relaciones muy tensas entre CiU y los socialistas, tanto el PSOE como el PSC. Pero la necesidad de los socialistas, que quedaron muy por debajo de la mayoría absoluta fue vista por los convergentes como una

«Pujol puso precio a su colaboración, y Felipe lo pagó y tuvo a cambio un socio leal y positivo»

oportunidad, y Pujol puso precio a su colaboración, y Felipe lo pagó y tuvo a cambio un socio leal y positivo, comprometido con la plena incorporación de España en Europa y en la OTAN, y hasta llegó a apoyarle con los GAL, convencido de que ante una amenaza como la de ETA, un Estado había de poder defenderse con todos los métodos que tuviera a su alcance. El pacto duró tres años y aportó estabilidad política y económica en tiempos de zozobra. Entendiéndose con Pujol, Felipe huyó de tener que entenderse con Anguita -que tenía los mismos diputados que CiU, incluso uno más-, en tiempos en que el PSOE tenía vocación mayoritaria, moderada y centrista.

Aznar en el Gobierno

Con la «amarga victoria» de Aznar en 1996, Pujol acudió en primera instancia a Felipe, pero el expresidente le dijo que España era un país serio y que tenía que gobernar el que había ganado las elecciones . Era otra Convergencia, sí, pero también era otro PSOE.

Pese al disgusto que a Pujol le causaba tener que entenderse con Aznar, y pese a la dura e insultante oposición que Felipe había sufrido por parte del PP, a ninguno de los dos se le ocurrió bloquear la democracia ni forzar unas segundas elecciones, aunque hubieran podido hacerlo.

El entendimiento entre Aznar y Pujol fue difícil y tuvieron que superar los inconvenientes de una pésima relación personal, pero otra vez las dos partes convirtieron sus diferencias en una oportunidad , y dieron pie a la era de mayor crecimiento de la economía española. Las principales demandas de Pujol fueron acabar con el servicio militar obligatorio y que se transfiriera a la Generalitat la recaudación del 30 por ciento de la recaudación del IRPF y las plenas competencias sobre los Mossos d’Esquadra. Fue el periodo de más inversión del Estado en Cataluña. La colaboración entre los dos partidos fue indiscutiblemente fértil y demostró que cuando más el Estado favorece el desarrollo de Cataluña, mejor le van las cosas a España.

Homs no es Pujol , la política ha sufrido un grave desprestigio y las instituciones están más cuestionadas que nunca. Pero el pacto ha dado siempre mucho mejor resultado que el frentismo y en nuestro mundo extraño e imprevisible te quedas sin opciones si aislas al enemigo.

«El pacto ha dado siempre mucho mejor resultado que el frentismo»

Que Convergencia regrese al escenario del pacto es un primer paso en la correcta dirección. También en las otras ocasiones las dos partes tuvieron que recorrer, para encontrarse, caminos insólitos, pero al final el esfuerzo dio sus frutos y tanto el conjunto de España como Cataluña salieron claramente beneficiadas y fortalecidas.

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