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La incompetencia del abogado de Pablo Ibar en el juicio, clave en la anulación de su condena a muerte

El letrado no presentó un experto en identificación facial pese a las dudas de que el español fuera el que aparece en el vídeo del triple asesinato del que se le acusa en Florida

MANUEL TRILLO

El domingo 26 de junio de 1994 un policía del condado de Palm Beach, en Florida, descubrió un Mercedes SL descapotable incendiado 20 kilómetros al sur del lago Okeechobee. El vehículo estaba registrado a nombre de Casmir Sucharski , dueño de un tugurio nocturno llamado Casey’s Nickleodeon, a unos 30 kilómetros al norte de Miami, y conocido por coquetear con el mundo de la droga y guardar grandes sumas de dinero en su casa de Miramar, en el condado de Broward. La policía local acudió a la vivienda para avisarle del hallazgo y llamó a su puerta, pero nadie contestó.

A la mañana siguiente, lunes, la madre de una joven que había ido con una amiga el sábado por la noche al Casey’s Nickelodeon alertó de que su hija no había vuelto a casa. Un miembro de la oficina del sheriff de Broward comprobó que Sucharski había salido del club el domingo por la mañana con las dos chicas y se acercó hasta la vivienda. De nuevo, nadie contestó. Pero esta vez decidió echar una ojeada al interior y descubrió tres cuerpos tendidos en el suelo. Eran Sucharski y las dos jóvenes, ejecutados a sangre fría con armas de fuego. Según la grabación de las cámaras de seguridad, a las 7:18 del domingo dos hombres habían entrado por una puerta corredera, robaron en la vivienda y golpearon durante veinte minutos al dueño del local antes de asesinarlo. Las dos mujeres murieron aparentemente por estar en el lugar erróneo en el momento equivocado.

Uno de los intrusos se había cubierto la cabeza con una camiseta azul, que apareció en el porche de la vivienda, pero que se la quitó después y su rostro se pudo ver de modo confuso en la grabación de vídeo. Se elaboró un pasquín con esa imagen y tres semanas después, la policía del condado de Miami-Dade dijo haber arrestado a un hombre que se parecía al del vídeo. Se trataba de Pablo Ibar , un español que compartía piso con otros jóvenes en la localidad de Hollywood. Uno de ellos le identificó como la persona de la imagen y dijo que, junto con un tal Seth Peñalver , habían cogido apresuradamente una pistola de la casa y habían salido. Ibar, por su parte, decía vivir con su madre y haber estado con su novia en el momento de los asesinatos.

Ibar y Peñalver fueron juzgados en 1997, pero el jurado no llegó después de meses a una decisión y se declaró nulo el juicio. Luego se siguieron procedimientos por separado y Peñalver fue condenado a muerte en 1999, aunque ocho años después se revocó la sentencia y en 2012 fue absuelto. A Ibar, por su parte, se le impuso la pena capital en 2000 y desde entonces se encuentra en el corredor de la muerte .

Pero el Tribunal Supremo de Florida ha anulado ahora la condena y ha reconocido el derecho del reo español a un nuevo juicio. La clave de esta decisión, aprobada con una mayoría de 4 a 3, está en los fallos clamorosos del abogado de oficio que le defendió. Se trataba de Kayo Morgan , que en aquella época se encontraba enfermo de neumonía y otras enfermedades y atravesaba una complicada situación personal. Durante la selección del jurado de Ibar, Morgan fue acusado de maltratar a una drogadicta a la que dejó embarazada. “Sufría dolor emocional y físico, sufría una presión extrema y “no se encontraba allí” mentalmente”, dice la sentencia. No dejó el juicio únicamente porque se lo había prometido a la madre de Ibar.

El Supremo de Florida asegura en su decisión del pasado 4 de febrero que la defensa por parte del letrado fue “deficiente al no presentar un experto en identificación facial para oponerse a la acusación del estado de que Ibar fue el autor del crimen visto en el vídeo cometiendo los crímenes en la residencia de Sucharski”, a pesar de saber que era un elemento clave.

Además, el tribunal destaca que en la camiseta del asesino que aparece en el vídeo y que se encontró en el lugar de los hechos no contiene ADN del acusado .

En la actualidad, Pablo Ibar está representado por el abogado Benjamin Waxman , cuya insta contribuye a pagar el Estado español. Waxman destaca, en declaraciones a ABC, que la defensa en el juicio “fue ineficaz por no asegurar la asistencia de un experto en identificación facial” y que, por tanto, “en un caso débil en el que no había prueba física que vinculara a Ibar con el crimen, esta omisión desautoriza cualquier confianza razonable en el veredicto de culpabilidad del jurado”.

A pesar de la decisión del Supremo estatal, a Ibar todavía le esperan meses de espera antes de que se pueda celebrar un nuevo juicio. Además, el estado de Florida puede recurrir e incluso llevar el caso hasta el Tribunal Supremo de EE.UU.

"Una oportunidad de obtener la libertad"

En cualquier caso, el director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte , Robert Dunham , señala a ABC que “este caso es significativo, porque proporciona a un preso en el corredor de la muerte que bien puede ser inocente una oportunidad de obtener su libertad”.

Dunham señala que “26 hombres y mujeres han sido exonerados tras haber sido condenados a muerte en Florida y que este caso cuestiona seriamente que Pablo pueda ser el vigésimo séptimo”. Recuerda, así mismo, que el otro acusado del triple asesinato, Seth Peñalver, ganó con anterioridad un juicio por defectos similares en las pruebas y, cuando los acusadores escogieron celebrar un nuevo juicio, fue absuelto. “Los mismos acusadores deben ahora decidir si volver a juzgar a Ibar, cuando hay dudas sustanciales de que sea la persona que aparece en un video borroso en la escena de los asesinatos y no hay pruebas físicas que le vinculen al crimen”.

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