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La dirección popular barrunta que «vendrán cosas peores»

Prevén otro golpe relacionado con la «Púnica», y afirman: «Es desesperante»

SARA MEDIALDEA

Ver de nuevo a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado registrando la sede del PP -el jueves fue la Guardia Civil por el «caso Púnica», y en diciembre de 2013 , la Policía Nacional en el marco del «caso Bárcenas»- es lo único que le faltaba a los dirigentes populares para cerrar una semana «horribilis». Pero la pesadilla puede no haber acabado: en la cúpula del PP barruntan que «pronto» les llegará un nuevo golpe relacionado con la «Operación Púnica», que probablemente toque «más arriba» que hasta ahora. «Pueden pasar cosas peores; estamos esperando acontecimientos», reconocieron.

Eso no significa, sin embargo, que no vayan a reaccionar. De hecho, adelantaron que cuando se produzcan los nuevos hechos que prevén, será cuando den un «golpe seco» que solucione definitivamente la situación en el partido en Madrid. En el caso de Valencia, donde la investigación sobre dirigentes populares en el marco de la Operación Taula, o el caso del expresidente de la Diputación Alfonso Rus, abarcan la práctica totalidad de la estructura del partido en la capital del Turia, la fórmula elegida para neutralizar las denuncias y regenerar el partido ha sido una gestora.

Mientras, dirigentes de Génova entienden y comparten la postura de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que no ha dudado en mostrar su malestar porque el PP madrileño recuperara como trabajador a Beltrán Gutiérrez, exgerente que cesó en este cargo a petición de la propia Cospedal por su presunta implicación en el caso de las «tarjetas black». Es, señalan, algo «estrambótico, esperpéntico e indefendible».

No intervenir sin pruebas

La dirección nacional del PP intenta mantener el tipo en las negociaciones para la formación de gobierno, aunque reconocen que recibir cada día un nuevo varapalo relacionado con la corrupción es algo «desesperante». De ahí que intenten marcar distancias, con comentarios como los que algunos responsables daban el jueves, cuando los medios preguntaban por los registros de la Guardia Civil en el PP de Madrid -situado en la planta primera de la sede de la calle Génova-y la respuesta que recibían era: «Del segundo piso al séptimo -donde se aloja la dirección nacional- no ha entrado nadie».

El gran problema, reconocen en la dirección popular, es que «no puedes intervenir si no hay elementos probatorios ni decisión judicial sobre alguien». Es el caso de Rita Barberá, y podría serlo también el del PP de Madrid con el «caso Púnica». El partido a nivel nacional recibe todas las críticas por su inacción , cuando no por proteger a los señalados, pero aseguran que no puede actuar hasta que alguien no esté acusado o sea investigado por los jueces. «Mientras eso ocurre, sólo nos queda el juicio mediático», señalan resignados.

Con las posibilidades de que avance su oferta de un gran pacto constitucionalista completamente anuladas, se ven abocados a un escenario con sólo dos alternativas: o el gobierno del PSOE con Podemos y los independentistas, o unas nuevas elecciones . Para las que las encuestas no les son muy favorables, por cierto; aunque eso no les inquieta: «Queda mucho; no se celebrarían hasta junio».

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