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Los defensores del «no» a Rajoy desafían la autoridad de Javier Fernández y la gestora del PSOE

Ocho barones le piden que se abstengan solo 11 diputados y Ferraz responde que el mandato es «imperativo» para los 84

Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE, tras el Comité Federal el pasado domingo Óscar del Pozo
Gabriel Sanz

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La resistencia demostrada por el «no» a Rajoy en la votación del Comité Federal del PSOE -96 votos (41%)- ha envalentonado a sus defensores. En privado, se vanaglorian de que no haya habido desbandada hacia la nueva mayoría tras la caída de Pedro Sánchez y ya no solo el PSC, o diputados aislados, tipo Susana Sumelzo y Margarita Robles , retan a la gestora presidida por el asturiano Javier Fernández diciendo que votarán «no».

Ayer, ocho barones protagonizaron un desafío sin precedentes al máximo órgano entre congresos remitiendo una carta a Fernández en la que le piden reconsiderar lo que él mismo denomina «mandato imperativo» a los 84 diputados y lo sustituya por una abstención mínima de once parlamentarios.

Francina Armengol (Baleares); Idoia Mendia (País Vasco); César Luena (La Rioja); Luis Tudanca (Castilla y León); Sara Hernández (Madrid); Rafael González Tovar (Murcia); María Chivite (Navarra) y Manuel Hernández (Ceuta) señalan en su misiva que la abstención mínima «reforzaría el sentido político» de la excepción que va a llevar a cabo el PSOE y sería «claramente beneficiosa en el objetivo compartido de empezar a superar la situación de división actual».

«Todos somos conscientes de la dificultad de esta situación y pretendemos ayudar a superarla con el menor coste para el PSOE» , señalan los ocho, en un texto que no va firmado por el primer secretario del PSC , Miquel Iceta , aunque comparte su contenido.

La recepción de esa carta anoche produjo indignación en la sede de Ferraz pero la gestora, tras sopesar la emisión de un comunicado de respuesta se optó por no hacerlo para evitar darle aire a la crisis.

En su lugar, Fernández ha decidido responder a los ocho también por vía postal y hoy fijará posición en la rueda de prensa que ofrecerá en el Congreso tras su audiencia con el Rey. las fuentes consultadas por ABC, señalan no obstante, que ni él ni Susana Díaz , contra quien va el desafío de fondo van a ceder, porque el mandato del Comité Federal el domingo fue «taxativo» a los 84 diputados para que se abstengan todos.

Antes de conocerse la carta de los ocho, el PSE ya había calentado el ambiente aprobando su ejecutiva por «unanimidad» una resolución pidiendo que la abstención sea solo de once diputados, para «no fracturar» el partido.

La secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendía, señaló que la abstención es «sin nada a cambio». «Por lo tanto, entiendo que no se le puede entregar al PP el conjunto del grupo parlamentario, especialmente cuando estamos hablando de que basta con once abstenciones para que salga adelante una investidura de Rajoy».

Baleares insinúa un «no»

No aclaró Mendía qué va a recomendar el PSE a sus tres diputados, aunque es de prever que el exlendakari Patxi López acabe absteniéndose por disciplina, aunque sea un férreo defensor del «no», y que el exalcalde de San Sebastian y diputado por Guipúzcoa, Odón Elorza , vote «no».

Ayer insistió en que él actuará «en conciencia» con el proyecto de cambio progresista que presentó el PSOE a las elecciones. Una opción la del voto en conciencia que también defienden el exministro José Borrell y el representante de la corriente Izquierda Socialista José Antonio Pérez Tapias .

Frente a esa tesis del PSE de retar a la gestora sin llegar a romper, lo que también parece claro es que la federación balear, el PSIB, va a seguir el mismo camino que el PSC y sus dos diputados votarán «no». Su portavoz, Francesc Miralles , ha pedido una reunión a la Gestora para que haya un «diálogo abierto».

«Esperamos que nos hagan caso para no llegar a situaciones que serán más gravosas para los intereses del partido». En el caso de tener una respuesta negativa por parte de Javier Fernández, aclaró, «apelaremos a la conciencia de los diputados que participarán en la votación» .

Pero, sin duda, lo que más preocupa en el PSOE es el desafío del PSC. Tras escuchar a Miquel Iceta en Rac 1, el portavoz de la gestora, Mario Jiménez , y los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Var a , y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page , salieron a responder al desafío.

Ante la previsible ratificación del no, hoy, en el Consejo Nacional del PSC, Jiménez avisó que el «desacato» obligará a «evaluar» la relación con el partido hermano en Cataluña . No obstante, Jiménez dijo que no quieren ruptura: «Confío, y a ello nos vamos a poner, en que impere el ‘seny’ catalán».

Más contundente fue García-Page, quien pese a asegurar que van a intentar «por todos los medios» que se mantenga el hermanamiento con el PSC, no descarta que la crisis desemboque en la ruptura. «Si alguien quiere el divorcio, como saben ustedes ahora en España, con que lo pida una de las partes vale» , advirtió el presidente castellanomanchego al socio catalán, en el sentido de que el PSOE está decidido a divorciarse. Porque cuando se pacta «es a las duras y a las maduras».

Por su parte, el extremeño Fernández Vara se unió a aquellos que sostienen que si el PSC no acata, se genera una situación que «hay que resolver, y no vale decir no pasa nada». «No es normal» , concluyó.

¿Ruptura parcial?

En el PSC, pese a sostener que no se moverán, admiten estar «preocupados». Tras un periodo en el que las amenazas de revisar la relación que mantienen con el PSOE desde 1978 llegaban siempre desde el lado del PSC, principalmente desde su sector catalanista, el partido asiste con perplejidad a las nada veladas invitaciones a tomar la puerta expresadas por algunos barones. Pese a ello, y como expresó el mismo Iceta, el PSC «no se planteará en ningún momento la ruptura con el PSOE» , apuntó Assumpta Escarp , secretaria de organización del partido informa Àlex Gubern .

Pese a estas consideraciones, se abre paso en el partido la sensación de que va a ser inevitable replantear los términos del acuerdo, aunque esto se puede producir de muchas maneras, se apunta: desde la más radical, que implicaría que el PSOE presentase sus listas en Cartaluña, a la que ahora comienza a cuajar como posible, la salida del PSC de los órganos de dirección del PSOE pero sin romper su alianza estratégica y, sobre todo, electoral.

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