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El choque entre PSOE y Ciudadanos rompe la unidad contra el separatismo

Una propuesta de Ciudadanos saca a relucir la divisón socialista respecto a la cuestión territorial. Los socialistas acusan a Rivera de instrumentalizar la cuestión catalana en el parlamento

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos EFE
Víctor Ruiz de Almirón

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El Congreso de los Diputados ofreció ayer una pobre imagen de división en torno al conflicto territorial en Cataluña. No solo volvieron a quedar patente las diferencias entre quienes rechazan y quienes defienden el referéndum de autodeterminación, sino que el bloque constitucionalista se vio fracturadopor el enfrentamiento entre el PSOE y Ciudadanos.

A menos de dos semanas para el 1 de octubre, el parlamento rechazó ayer realizar un pronunciamiento institucional para dar apoyo al Gobierno en el mantenimiento del Estado de Derecho en Cataluña. Lo hizo al no prosperar una Proposición no de ley presentada por la formación de Albert Rivera y que solo logró la adhesión del PP y en la que el PSOE votó en contra .

Los socialistas ven así cuestionada su imagen de apoyo al Ejecutivo en lo referente a la cuestión catalana. Pero desde el grupo parlamentario trató de explciar su posición no como un cambio de estrategia sino como un rechazo a lo que consideran como una instrumentalización por parte de Cs.

El propio Rivera se subió a la tribuna para defender su proposición de apoyo al Gobierno. Lo hizo sin que ningún miembro del Ejecutivo estuviera presente en el Pleno, cuestión que no sentó bien en las filas naranjas. El líder de la formación liberal pidió «de corazón» a los socialistas apoyar su propuesta. Pero para entonces los socialistas estaban profundamente contrariados con Ciudadanos, después de que por la mañana éstos se opusiesen a la creación de la comisión de estudio sobre el modelo territorial. Algo que hicieron incluso el PP y el PDeCat. «No vamos a participar de pasteleos con los que dan un golpe a la democracia» , anunció Rivera. «Se han situado al lado de ERC», señalaban desde la dirección del PSOE. Por motivos opuestos, fueron los únicos partidos que se opusieron a la creación de un espacio en el que se estudiará el modelo territorial. El PP lo apoyó con la condición de que empiece a trabajar a partir del 1 de octubre, y no antes.

En el PSOE creen que Ciudadanos «busca su espacio» porque «no pintan nada» . Lo enmarcan en la misma línea estrategica que les llevó a proponer una moción de censura en el Parlamento de Cataluña sin contar con los votos suficientes siquiera para registrarla. «Vienen a dividir», criticaba un destacado dirigente socialista que constataba la necesidad de Ciudadanos por encontrar un espacio una vez ha quedado constatado que la respuesta al desafío independentista «está en el Gobierno y en los alcaldes del PSC» .

El grupo socialista presentó una enmienda a la PNL para buscar el acuerdo, pero Ciudadanos no la aceptó porque el último punto hablaba de «abrir un espacio de diálogo» con «todos los representantes de la pluralidad y la diversidad de la sociedad catalana y del conjunto de la ciudadanía española». Para Cs esto era sinónimo de la comisión a la que se habían opuesto por la mañana y Rivera lo equiparó a pactar con los nacionalistas: «Pactar con Puigdemont hoy no es la manera de salir unidos» .

Rivera solo encontró el «agradecimiento» del PP, y un discurso muy hostil en el resto de portavoces. Incluido lo de la voz del PSC en el Congreso, Meritxell Batet, que acusó a Cs de presentar una iniciativa que «ni suma voluntades, ni propone soluciones ni ayudan a mantener un diálogo sincero y honesto que vaya al fondo de la cuestión». Batet criticó que Rivera no aceptase una enmienda que apelaba al diálogo porque «habrá un día después» al 1 de octubre y «lo sensato cuando una sociedad está dividida es dialogar para construir consensos, no se trata de ganar por un voto más ».

Los dirigentes socialistas decidieron votar en contra una vez Ciudadanos rechazó su enmienda, y no abstenerse. Algo que habría permitido un pronunciamiento favorable del Congreso. Este hecho provocó tensiones importantes en el grupo. José María Barreda, Soraya Rodríguez, Ignacio Urquizu, Cipriá Ciscar o el exportavoz Antonio Hernando entre otros mantuvieron una larga conversación en el patio del Congreso. Finalmente asumieron las posiciones de la dirección, menos Soraya Rodríguez, que se abstuvo voluntaiamente. Otros tres diputados se abstuvieron, aunque aseguraron que se trataba de un error.

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